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Javier Cerón Espinosa
Todavía no terminan las etapas de las elecciones de las secciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que manejo por más de 26 años Carlos Romero Deschamps, cuando al parecer han cerrado filas en torno a mantener intacta la estructura sindical que ha permitido a los dirigentes manejarlos como “negocios particulares” porque tienen el poder económico suficiente para comprar conciencias.
Por más que los trabajadores han denunciado en redes sociales que es necesario dar una sacudida a todas las corruptelas que prevalecen, porque las estructuras ya son arcaicas y la prueba está que el actual dirigente interino Miguel Hernández Limón, entró de relleno a la salida de Deschamps, pero es de la misma camarilla y no moverá un dedo para democratizar el sindicato.
Si el estado de cosas continúa de esta forma como se han dado las elecciones, señalaron trabajadores de la sección 34, con base en la Ciudad de México, en oficinas centrales de Pemex, de nada servirá que se aplique la Reforma Laboral sólo para “maquillar” las elecciones, porque todo apunta a que la elección nacional de Secretario General será un “fraude” por la falta de medidas que controlen la corrupción y manejo de recursos por debajo del agua.
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El jaloneo ya está en todo lo alto, con la conformación de bloques para la elección de secretario nacional que sustituya a Romero Deschamps y si antes había férreo control, ahora hay un manejo abierto de comprar conciencias, como es el ofrecimiento de fichas para plazas, préstamos hasta por 200 mil pesos, cuando en épocas normales todos estas prestaciones las cobran y las manejan a su libre arbitrio.
El panorama es que la impunidad y la opacidad se pueden anteponer a los derechos de los trabajadores, sólo se espera que las autoridades actúen conforme lo marca la Reforma Laboral, de lo contrario se les irán de las manos las elecciones.
Se espera que se cumplan los términos de la convocatoria y de que se transparenten todas las quejas y denuncias en contra de los manejos turbios en algunas secciones sindicales, y lo peor que puede pasar es que otorguen tomas de nota pese a las irregularidades.
