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Son accidentes que causan estragos graves en las personas que lo sufren. Los malos diagnósticos cometidos por negligencia médica son una situación por la que nadie debería pasar. En Inglaterra, a Sarah Boyle le tocó la mala fortuna de padecerlo en carne propia.
Al acudir con su médico familiar en el 2016, le fue diagnosticado cáncer mamario; la solución se encontraba en someterse a fuertes sesiones de quimioterapia y la extirpación de ambos senos. Fue hasta un año después que los médicos del Royal Stoke University Hospital se dieron cuenta de su falla y se disculparon con ella. Pero Sarah ya había sido sometida a la cirugía.
El caso ocurrió cuando sarah apenas tenía 25 años, donde los profesionales le recomendaron no someterse a una operación reconstructiva, esto para evitar la posibilidad de que apareciera cáncer.
Ahora, 3 años después de la mala praxis, Boyle quiere compartir con el mundo su caso, en una oportunidad de evitar que otra mujer pase el infierno que le tocó vivir por un error humano.
