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Hoy llega el Procurador de EU, William Barr, para repetirle la amenaza de Trump directo al presidente: permite que la DEA opere impunemente en México o el Departamento de Estado clasificará como Organizaciones Terroristas a los cárteles mexicanos. Esto llevaría a la posibilidad que, bajo leyes de EU, se aprueben ataques de drones en territorio mexicano sin la aprobación del gobierno nacional. Sin embargo, a diferencia de la amenaza arancelaria, que agarró a la 4T con los dedos en la puerta, ahora AMLO y Ebrard han sido mucho más contundentes en sus réplicas, y similar a Trump, 24 horas antes que Barr tomara el avión a México, el tabasqueño ya le respondió: OLVIDALO. No solo eso, también le advirtió: si elevan cárteles a organizaciones terroristas, revelarán cuántas armerías texanas son los proveedores de ellos y, por lo tanto, deberán ser procesadas bajo las leyes antiterroristas.
No fue casual que un día antes del viaje de Barr al país, en la mañanera haya salido el titular de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval, dando un reporte de armas decomisadas y revelando que más del 70% de armas que tiene en su poder los narcos mexicanos son compradas en armerías texanas. Tampoco fue casual que Ebrard, que anteayer compareció en el Senado, haya señalado en esa cámara que ya le entregaron al FBI 7 mil números de series de armas decomisadas en México para que rastrearan quienes fueron los fabricantes y los vendedores a los cárteles criminales, o sea sus proveedores texanos. Con esta información recibirán a Barr, con la advertencia que si quieren elevar a cárteles a nivel de terroristas, tendrían que también declarar la NRA como organización criminal.
Esta nueva actitud retadora de AMLO también se ha sentido con los demócratas en el T-MEC, que creían podían presionar a la 4T para que aprobaran inspectores en empresas mexicanas, pero el presidente les dijo que se olvidaran de eso. Ahora ya buscan corregir el entuerto porque si no se aprueba el T-MEC, Pelosi cargará con esa culpa en la elección del próximo año.