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Ciudad de México.- Jason Garrett, en una de las dos buenas ofensivas que habían armado los Dallas Cowboys, decidió ir por tres puntos, y no jugársela en cuarta, a sólo tres yardas de conseguir primero y gol.
En otra acción, pero en su propio campo, el coach, en cuarta y once, cuando el reloj ya expiraba, optó a ir por la marca y, después de una acción que terminó por ser pase incompleto de Amari Cooper, el equipo de la estrella solitaria entregó el juego ante los New England Patriots, que firmaron su décima victoria de la temporada 13-9.
Bajo un clima bastante gélido, pues en la ciudad de Foxborough, Massachusetts, se dejó sentir una helada acompañada de una leve nevada, Patriotas y Vaqueros disputaron un juego por demás cerrado, en el que se impusieron ambas defensivas.
De hecho, para la segunda mitad, la retaguardia texana maniató a Tom Brady y, tras cinco ofensivas, limitó al rival a sólo un gol de campo para alargar su ventaja a cuatro unidades.
Sin embargo, del otro lado, Nueva Inglaterra, igual jugando por nota en defensa, mantuvo a raya a Dakota Prescott y compañía, para que su ataque se conformara con tres goles de campo.
Y es que más allá de que el quarterback de Dallas consiguió 212 yardas totales, por encima de las 190 de Tom, quien llegó a cinco triunfos por cero derrotas ante los texanos, la diferencia fue que Brady pudo armar una jugada de seis puntos con N’Keal Harry, quien atrapó justo en una esquina de las diagonales, porque al final fue la diferencia en el juego.
En segunda y ocho, en el primer cuarto, el mariscal de campo de los Patriots conectó con su receptor abierto, y ese touchdown fue el que prácticamente definió un partido en el que, otra vez Garrett dio visos de que es un entrenador que no toma las decisiones correctas en los momentos más importantes y apremiantes.
