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Esteban Durán
Ciudad de México.– Será este 14 y 15 de diciembre cuando se lleve a cabo la consulta en comunidades indígenas, para decidir si se construirá o no el Tren Maya -una obra cuya inversión será de 120 mil millones de pesos-, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, durante la conferencia matutina de todos los días y agregó que los mismos habitantes de la zona podrán rechazar este proyecto, en una decisión que el gobierno respetará.
López Obrador informó que ya se llevaron a cabo una serie de licitaciones del proyecto, mientras que otras más están en proceso: la ingeniería básica se adjudicó en agosto pasado y desde entonces también se han llevado a cabo las licitaciones de los anteproyectos arquitectónicos y conceptuales de las estaciones, de los polos de desarrollo inmobiliario. Estas últimas bajo invitación restringida a cuando menos tres empresas.
El mandatario informó que para la construcción de la obra, de casi mil 500 kilómetros, la cual abarcará Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, se contemplaba recurrir a un crédito, sin embargo, “gracias a los ahorros que ha generado la lucha contra la corrupción, ya no será así, afirmó.
“Ahora se decidió que se haga con recursos propios, no va a ser deuda. Todo esto porque tenemos ahorros, siempre he dicho que la corrupción hay que combatirla no solo por razones de índole moral, sino porque se liberan fondos, mucho dinero cuando no hay corrupción, para el desarrollo”, aseguró el mandatario federal.
Como en otras ocasiones durante sus giras por las comunidades indígenas, el jefe del Ejecutivo reiteró que si los pobladores dicen no a la construcción del Tren Maya, se respetará su palabra.
Sin embargo, aclaró que si los encuestados avalan la construcción de la obra, la cual potencializará el desarrollo del sur de México, el compromiso es terminarla en tres o cuatro años.
“Tenemos el firme compromiso de no iniciar nada que no podamos terminar en nuestro periodo, aunque se esté pensando que el movimiento pueda continuar gobernando, no queremos eso, es terminar las obras durante nuestro mandato. Se padece mucho, se sufre y cuesta el reiniciar obras, el dejar obras a medias”, puntualizó el mandatario federal.
El presidente defendió que no porque su gobierno sea el que organizará este ejercicio de participación ciudadana hay cabida para la trampa.
“Nosotros no somos tramposos, no somos como los que estaban antes, esos que se robaban elecciones, que robaban votos, que falsificaban actas y que imponían presidentes de la República”, destacó.
Aseguró que cuando entre en vigor la herramienta de consulta ciudadana y si la sociedad civil se organiza y reúne las firmas y solicitan una consulta nacional sobre esta obra, así será.