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Ciudad de México.- Con una victoria más, pues todavía no descansan, los Minnesota Vikings se meten al AT&T Stadium para hacerle frente a unos recargados Dallas Cowboys que, luego de un leve letargo con tres derrotas a cuestas, se resarcieron para, a la contra, contabilizar dos triunfos, ante los Philadelphia Eagles y los New York Giants.
Y los Vikingos, que precisamente cayeron ante los Kansas City Chiefs en su duelo de la Semana 9, aun con marca ganadora (6-3) saben que este compromiso en Arlington será uno valedero para medir su nivel en la Conferencia Nacional (NFC), en donde al final tendrán que pelear si es que quieren llegar al Súper Domingo.
Mientras, para Vaqueros, que volvieron a sonreír, en el mismo tenor estarán ante una escuadra que, sobre todo, ha demostrado tener un ataque poderoso.
El quarterback de la organización púrpura, Kirk Cousins, llega a este juego con dos mil 217 yardas totales, 16 pases para touchdown y tres intercepciones, números bastante parecidos a los de Dakota Prescott, de Dallas, que contabiliza dos mil 380 yardas, 15 lanzamientos de anotación, aunque ocho intercepciones.
En el caso de los que complementan el ataque, para el equipo de la estrella solitaria, Amari Cooper y Ezekiel Elliott han entregado seis balones a la zona prometida cada uno, y detrás de ellos están los alas cerradas: Blake Jarwin y Jason Witten, con tres y dos anotaciones, respectivamente.
Minnesota, en ese renglón, tiene más variadas armas, por ejemplo a los receptores Adam Thielen y Steffon Digs, quienes entregaron seis y cuatro touchdowns; por tierra, el corredor Dalvin Cook posee la nada despreciable cifra de nueve balones llevados hasta las diagonales, por uno del segundo a bordo, Alexander Mattison.
Con estos números se presagia un juego con dos ataques importantes, pero con el plus de que los Cowboys cuentan además con una defensa de respeto que, en el desenlace, podría inclinar la balanza.