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CIUDAD DE MÉXICO.– Ante miles de capitalinos, visitantes del interior del país y extranjeros, se realizó el Desfile Internacional del Día de Muertos, que partió del Zócalo capitalino y terminó en el Bosque de Chapultepec, aunque la lluvia apresuró a las catrinas, ofrendas y comparsas.
Familias enteras presenciaron el desfile, que recorrió nueve kilómetros entre las calles 5 de Mayo, avenida Juárez, Paseo de la Reforma hasta llegar a Polanco.
Entre carros alegóricos, bailes, disfraces y música, niños, adultos y de la tercera edad aplaudieron el evento que representaba parte de la tradición mexicana al recordar a los muertos del 1 y 2 noviembre.
Entre los asistentes al desfile estuvieron el embajador de Estados en México, Christopher Landau, además de legisladores e integrantes del Gobierno de la Ciudad de México. Niños con rostros pintados gritaban entusiastas ante el colorido desfile, mientras extranjeros asombrados trataban de captar con sus teléfonos o cámaras fotográficas las escenas que observaban en medio de la multitud.
Los colores amarillos del cempasúchil y los personajes huesudos aparecieron en el desfile por espacio de tres horas ante la admiración de chicos y grandes, quienes no dejaban pasar el momento para tomar una foto. Alrededor de las 5 de la tarde, las coloridas ofrendas, catrinas elegantes y la huesuda, abrieron paso para que la lluvia hiciera su aparición y los miles de espectadores se dispersaran apresurando su caminar.