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Asombra la forma en que la Procu chilanga resolvió en fa el caso de los payasos secuestradores de Iztapalacra, no sé si por la presión que ejerció la familia de las morritas desaparecidas o porque el caso estaba papita. Y no quiero ser pesimista, ni criminalizar a las víctimas, pero mucho me temo que ellas se fueron por su propia voluntad con los mimos.
Eso se encargará de aclararlo la misma Procu, pero sí me gustaría utilizar este caso como reflexión para que los padres se pongan más truchas con sus morrales, pues no es normal que dos niñas se les escapen en la noche y naiden se dé cuenta.
Y es que hay tantas familys disfuncionales, sobre todo en Iztapalacra, que hasta parece normal que los mocosos se desaparezcan días completos y no pasa nada, pero esta vez si la hicieron de tos y se satanizó a un gremio tan divertido como el de los payasos, como si se tratara de Eso, el payaso diabólico, pero nel eran Los Payafresis de La Meche, que ahora tien el pedo atravesado por montarse a unas chavalitas a su ranfla e irlas a pasear por Puebla y Veracruz y ahí están las consecuencias.