Visitas
Arreando al Elefante
Por Esteban Durán
¡Buenos días, ánimo!, es el saludo tempranero, que en punto de las siete de la mañana, da el Presidente en su acostumbrada conferencia matutina: “la mañanera”, le decimos de manera coloquial quienes cubrimos sus actividades.
Este miércoles no fue la excepción y con una amplia sonrisa, el jefe del Ejecutivo federal arrancó la ronda de preguntas y respuestas en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, donde despacha desde que asumió la presidencia.
Por cierto, 2 de Octubre no se olvida y de entrada fue el tema que abordó al conmemorarse este día 51 años de los trágicos hechos en Tlatelolco, cuando el Ejército entró a la Plaza de las Tres Culturas para reprimir a los estudiantes que se manifestaban ahí, con trágicos resultados.
Con la seriedad que le caracteriza al tomar temas de relevancia, expresó su rechazó a la violencia, a la práctica de las administraciones pasadas de utilizar a las fuerzas del orden para golpear, aplastar y violentar los derechos, de quienes tienen el derecho a la libre manifestación.
¡Nunca más un 68, nunca más torturas y desapariciones!, remató el mandatario para cerrar el tema y dar paso a las preguntas de los colegas, que en automático levantan la mano para hacer sus preguntas: “acá señor Presidente”, son las voces de los colegas que piden ser escuchados para hacer sus cuestionamientos.
Contrario a lo que piensan o pregonan muchos, la selección de los periodistas es aleatoria, al azahar; no hay preferidos, ni consentidos, ni muchos menos compañeros que por cierta cantidad hacen preguntas a modo, esto es completamente falso.
Es el Salón Tesorería donde el Presidente recibe el golpeteo del adversario, del neoliberalismo, quienes desean el fracaso de la Cuarta Transformación; son los mismos colegas quienes de manera involuntaria se convierten en sus mensajeros, echando en cara lo que muchos diarios, revistas o portales critican de esta administración.
Lanzan sus cuestionamientos del porqué de la nota; qué opina sobre tal o cual referencia económica que advierte de un nulo crecimiento; por qué no actúa contra quienes dañan y han robado impunemente.
Sin embargo, al Presidente parece no molestarle, ni se inmuta, sus respuestas son certeras, con cierta filosofía, dando así bofetada con guante blanco a sus enemigos; a cada cuestionamiento sabe darle el toque serio o a veces con la chispa que le caracteriza, según sea el caso, no cabe duda, es un “viejo lobo de mar”.
El espacio se terminó, mañana seguiremos Arreando al Elefante, comentando las incidencias de la mañanera.