Visitas
DESDE FILOMENO MATA 8
MOURIS SALLOUM GEORGE
@vocesperiodista
DE LA LECTURA DE LA OBRA, DEBIDA A DON ISIDRO FABELA,
agudos estudiosos hacen dos consideraciones valorativas: La rica sustancia de sus reflexiones y conclusiones que dejaron su impronta en la diplomacia internacional y venero que irrigó pronto una nueva cultura política.
De ese aporte revolucionario del ilustre mexiquense al ejercicio legislativo, a la gestión diplomática soberana y al salto del poder militar al poder civil, uno de sus más acabados productos intelectuales y modelo de hombre de Estado, es don Adolfo López Mateos.
Relación maestro-discípulo de rasgos filiales, la integridad republicana y ética que los unió se expresó en un acto que está muy lejos de ser fortuito. En 1945, don Isidro se vio ante un hecho consumado y una opción: El Partido de la Revolución lo seleccionó candidato a senador.
El Servicio Exterior lo escogió como postulante a juez de la Corte Internacional de La Haya. El sobrio maestro se decidió por la segunda misión.
Abogó para que su adelantado alumno tomara la candidatura al Senado, que alternó con tareas de partido que lo llevaron en el sexenio siguiente al gabinete de don Adolfo Ruiz Cortines, quien, seis años después, le cedió la banda presidencial.
Don Adolfo El joven honró su elevada investidura, en cuyo lienzo grabó un credo: Patriotismo. Patriotismo en defensa de la soberanía nacional.
Patriotismo en el respeto a la soberanía popular, a cuya confianza respondió con una política interior reivindicatoria de los Derechos Sociales del pueblo mexicano. No hace falta hacer comparaciones ociosas: El pueblo tiene presente la memoria del patriota que hoy, 22 de septiembre, cumple medio siglo de ausencia física, pero su legado permanece vivo.