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DESDE FILOMENO MATA 8
MOURIS SALLOUM GEORGE
@vocesperiodista
TRUMP HA INSTITUIDO LA EXTORSIÓN COMO POLÍTICA DE ESTADO
Tanto en el ámbito interno contra los propios empresarios estadunidenses como en el mercado exterior, sin discriminar a Estados “amigos”.
En 2019, Trump ha dado dos evidencias con potencial catastrófico de su vocación extorsionadora: 1) El recalentamiento de la Ley Helms-Burton, en su título III, y 2) En la reciente escalada contra Irán.
En el primer lance -reactivación del bloqueo económico contra Cuba- Trump autoriza las acciones de represalia por empresas estadunidenses contra usufructuarios de bienes que empezaron a ser nacionalizados por el régimen de la Revolución cubana.
En esa condición se encuentran inversionistas privados europeos, canadienses, japoneses y mexicanos, colocados por Washington en el mismo rango que los rusos o los chinos. Se hace el subrayado, partiendo del supuesto de que los primeros empresarios citados responden a una relación de aliados comerciales de los EU.
Por lo menos los gobiernos de la Unión Europea pintaron su raya, amenazando con réplicas de la misma magnitud del costo que se pretende hacer pagar a los capitales europeos.
Apenas en mayo, Trump tuvo un encuentro directo con la comunidad empresarial japonesa, destilando mieles. Detrás de la miel, el envenenado aguijón: Trump se quejó de que el tratado comercial con Japón es injusto para los EU.
Ahora que se encrespa la crisis contra Irán, el alienado Trump -tomando como chalanes a Israel, Arabia Saudita y Emiratos Árabes- amaga con cerrar el estrecho de Ormuz, vía de navegación de flotas petroleras, operación adicional al bloqueo económico contra la Irán.
El afilado ariete va directo contra China, pero Trump se lleva entre las espuelas a Japón. Los Estados Unidos ya no quieren asumir solos el costo financiero del control naval de Ormuz. Exigen que los Estados receptores de petróleo paguen compensaciones en metálico por esos servicios. ¿Es o no extorsión? Juan Ramón de la Fuente, ¿un convidado de piedra? Como sea, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado para tomar cartas en la crisis que atenta contra la paz mundial.
Si bien México no aparece entre los miembros permanentes o elegidos, vale preguntarse qué instrucciones tiene nuestro embajador ante la ONU. Es de hacer votos porque no se le asigne el papel de convidado de piedra. No se vale.