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FERMÍN SÁNCHEZ
CIUDAD DE MÉXICO.– Cada vez se acerca más el tan esperado momento que el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió, y es que al principio de su campaña, señaló que no habría fuero contra ningún funcionario que violara las leyes de nuestro país y que fuera parte de la corrupción, y desde hace unos días se reanudó la búsqueda del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, acusado de lavado de dinero. Aunque también anteriormente AMLO consideró que “si es indispensable” y si la ciudadanía así lo solicita, habría una consulta pública para decidir si se juzga o no a expresidentes por actos de corrupción; con la postura de “no anclarnos en el pasado y ver hacia adelante”, algunos exmandatarios ya están en el ojo del huracán, entre ellos Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Este último, la semana pasada estuvo en la boca de todos y es que fue señalado de que es investigado en EU por presunto soborno en torno a la planta Fertinal (aunque lo negó,) y además se dio a conocer que la Suprema Corte de Justicia dio luz verde al Gobierno de Chihuahua para indagarlo por posibles desvíos de recursos.
Anteriormente había señalado Ulises Ruiz, excandidato por la dirigencia del PRI, que el priísmo liderado por Peña Nieto quería imponer como su dirigente nacional a Alejandro Alito Moreno Cárdenas, “para proteger los intereses del expresidente”.
