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Calificación: Regular
Hoy en día es muy común toparnos con historias sobre el amor adaptadas de diferentes novelas o historias de ficción, ya que es innegable el hecho de que las tramas que involucran las relaciones juveniles, acompañadas de una esperanzadora revelación de qué en la vida todos estamos destinados a encontrar nuestra media naranja y en el camino tendremos muchas travesías, son muy tentadoras y taquilleras, y eso mismo sucede con El sol también es una estrella, una historia basada en la aclamada novela homónima de Nicola Yoon (Todo, todo), en el que nos cuenta la vida de Natasha Kingsley (Yara Shahidi), una joven que cree en la ciencia y no en el destino, y quien solamente cuenta con un día para cambiar su vida, pues está por ser deportada a Jamaica junto a su familia. Como la vida y la casualidad suele pasar, conoce por causalidad a un chico llamado Daniel (Charles Melton), una persona sumamente carismática, romántica, y probablemente destinada a estar junto a ella, pero eso lo descubriremos al ver la cinta.
Es bien sabido que realizar adaptaciones cinematográficas de relatos literarios representa un dolor de cabeza, pues en la mayoría de las ocasiones, el compactar la historia de un libro a una producción audiovisual de poco más de hora y media, tiende, si no se cuida a detalle la estructura narrativa, a quitarle el alma y carisma que la había convertido en un best-seller.
Una situación que sucede desafortunadamente con esta adaptación, pues los personajes principales, aunque orgánicos y compenetrados entre sí, terminan por sucumbir ante un guion que poco o nada les ofrece para explotar su complejidad y sus anhelos en la vida. La película termina por caer en un bucle en el que las situaciones y escenas se vuelven un repetido cliché del cine adolescente que lo único que provoca es un tedio y una pena ajena por lo que se mira en pantalla.
Aunque la historia conserva varias críticas sociales hacia la política de inmigración que se vive en la actualidad en el país vecino del norte, su mal desarrollo y construcción no permite dar una atención adecuada y un análisis a profundidad de la problemática, evitando que nutra de sobremanera el eje central de la historia.
