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CIUDAD DE MÉXICO.– A siete meses de haber llegado a la alcaldía de Azcapotzalco, las pifias, la ausencia de oficio, aunado con las ocurrencias y el reducido conocimiento de la administración pública, el alcalde Vidal Llerenas ha pasado entre el huachicol y los problemas de inseguridad que hay en la demarcación, a heredar las malas prácticas de su antecesor y compañero de partido.
La gestión del morenista se ha caracterizado por enfrentar con poco éxito los altos índices de inseguridad, además de no tomar en cuenta a los habitantes de la demarcación para ser atendidos, a organizaciones de comerciantes y a vecinos que piden atender las principales demandas sociales.
La ausencia de planeación y de mínimo conocimiento de la operación en las áreas administrativas es el signo característico del actual Gobierno, según han denunciado algunas organizaciones vecinales de Azcapotzalco.
Para el concejal de esa demarcación, Manuel Martínez, desde el año pasado se deliberó sobre un recurso que serviría como apoyo a las actividades de los concejales de la demarcación. La cantidad era de 19 millones de pesos, y con parte de este recurso se construirían las oficinas del Concejo, pero la decisión del alcalde fue otra.
Vidal Llerenas decidió ajustar en las oficinas de Mecoaya al personal que labora ahí, y meter en ese mismo espacio las oficinas del Concejo, lo que trajo consigo la molestia de trabajadores, principalmente los que son de base.
En reunión con el alcalde, los trabajadores rechazaron la intención de que en estas instalaciones quedaran las oficinas del Concejo.
“En una actitud de absoluta irresponsabilidad la alcaldía dijo ante los trabajadores sindicalizados: ‘los concejales decidieron que aquí querían sus oficinas’, pero eso fue mentira”. Pero los concejales en ningún momento decidieron el lugar donde estarían las oficinas del Concejo de Azcapotazalco, sin embargo, lo único que ha generado es una confrontación innecesaria de los trabajadores con los concejales. Otro ejemplo más de su torpe actuación y nula planificación es el recorte salarial que aplicó al personal de apoyo de los concejales.
El mes pasado, previo al 15 de abril, anunciaron que debido a un “ajuste”, homologarían los salarios del personal que asiste a los concejales. En ningún momento se les aclaró el motivo del “ajuste”, y de manera por demás irresponsable decidieron pagarles todo el mes junto, es decir, que hasta el día 29 de abril optaron por liberar el pago de lo correspondiente al mes de abril.
“Lo que se dice es que los recursos que les habían mandado de Capital Social no les alcanzaba y en función de ello, lo más sencillo era bajar el sueldo a los trabajadores que denominan • El túnel que conectaba las tomas clandestinas autogenerados”.