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Hay historias que son tan cautivadoras que requieren diversas artes para ser contadas; teatro, poesía, pintura y, por supuesto, el séptimo arte, es por eso que con Las dos reinas, encontramos un relato dramático de época sumamente bien detallado y narrado, una película que nos cuenta la vida de María Estuardo o María I de Escocia, y su complicada relación con su prima, la Reina Isabel I de Inglaterra, una relación repleta de conspiraciones, estrategias, traiciones y una sed insaciable de fuerza y reconocimiento.
La trama nos adentra en la vida de María Estuardo (interpretada de manera carismática y valiente por Saoirse Ronan), quien siendo reina de Francia a los 16 años y viuda a los 18, desafía la presión de volver a casarse. En su lugar, decide regresa a su natal Escocia para reclamar su legítimo trono, pero el momento en el que regresa encuentra que Escocia e Inglaterra están bajo el reinado de la cautivante Isabel I (excelsa Margot Robbie). Cada una de las jóvenes contempla a su “hermana” con miedo y fascinación. Son rivales en el poder, mujeres regentes en un mundo repleto de hombres y su avaricia, y ambas deberán decidir cómo jugar el juego del matrimonio contra su independencia. Determinada a reinar como mucho más que una figura decorativa, María afirma su derecho a reclamar el trono inglés, amenazando la soberanía de Isabel.
Uno de los más grandes aciertos de la cinta es el cuidado de cada detalle en su diseño de producción, con una fotografía muy elaborada con tonalidades sobrias, frías; punto a parte para el vestuario y maquillaje, no por nada le valió una nominación en la pasada entrega de los Premios Oscar. Las interpretaciones son un asunto muy destacado, ambas actrices afrontan el reto de manera firme, una más que otra (Margot probablemente por el temple y la experiencia en papeles de tal envergadura). La dirección a cargo de Josie Rourke tiene ligeras deficiencias en cuanto al ritmo que se plantea, pues en ocasiones se utilizan escenas o transiciones totalmente desgastantes e innecesarias, provocando que el ritmo incesante que se genera, se pierda casi por completo.
La armonía lograda en cuanto a ambientación y música logran sumergirte de lleno en la trama, un ejercicio extraordinario para sentirte parte de los personajes, para generar empatía con las dos reinas y sobretodo, entender el fuerte mensaje de empoderamiento que se plantea, pues encontramos a dos mujeres sumamente interesantes, fervientes y repletas de anhelos para destacar y superponerse a las decisiones de los hombres que las rodean, y aunque encontramos su fuerza e independencia en un mundo que se empeñaba en hacerlas menos, terminamos por descubrir que la triste realidad las hundió en el deseo de unos cuantos avaros de poder, una manipulación y traición que terminó con la vida de una de ellas y el perpetuo sufrimiento de la otra.
Calificación: Muy buena