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La tristeza es un estado emocional que experimentan todas las personas en algún momento de sus vidas y aparece para afrontar las situaciones de pérdida y cambio. Ésta, al igual que cualquier otra emoción, va bajando de intensidad en un tiempo relativamente corto, hasta volver a la normalidad.
Cuando la tristeza se alarga, manteniendo su intensidad a niveles elevados, podemos empezar a hablar de depresión. Sin embargo, la depresión no es solo tristeza sostenida, pues es una enfermedad que afecta al sueño, al apetito, a la capacidad de concentración, de disfrutar de las cosas que normalmente disfrutamos, la energía que tenemos, la percepción sobre nosotros mismos (baja autoestima, culpa …) y sobre todo lo que nos rodea y el futuro. Todo ello afecta a la capacidad que tiene la persona en todos los aspectos de su vida, ya sea en el trabajo, con los amigos o en el cuidado personal.
FALSAS CREENCIAS
Debido a que muchas personas confunden la tristeza con la depresión, creen que se pueden aliviar de la misma forma y dan consejos erróneos o tienen actitudes perjudiciales, tales como:
“La depresión no es una enfermedad, si estás así es porque quieres y porque no pones de tu parte para salir de ella”.
“Tienes una familia que te quiere y un buen trabajo… no tienes motivos para estar deprimido. Tienes que ser fuerte frente a las adversidades”.
“No es bueno tomar fármacos, ya que este tipo de medicación puede generar adicción o empeorarte”.
CÓMO ACTUAR ANTE ELLA
Los familiares o amigos puede ayudar a los pacientes deprimidos en tratamiento (ya sea con terapia psicológica, medicación o la combinación de las dos).
La depresión es una enfermedad médica como cualquier otra y, como todas las demás, mejora con reposo.
Recuerde que con el debido tratamiento, el paciente se empezará a encontrar mejor a partir del primer mes si responde adecuadamente.
Durante este tiempo, no se debe forzar al paciente a realizar actividades que no haría si padeciera cualquier otra enfermedad médica.
Al pasar este primer período, puede empezar a realizar pequeñas actividades que le ayuden a sentirse mejor, con guía médica. No le pongas expectativas.
Cada paciente evoluciona de manera diferente y, a medida que vaya saliendo de la depresión, podrá ir haciendo más cosas por sí solo. El crearle metas o expectativas puede ser perjudicial al fracasar en el intento de cumplirlas.
Durante el transcurso de la enfermedad y el tratamiento, no debe tomar decisiones. Espere hasta que mejore.