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Ciudad de México.– En los juegos menos impensables, pues a decir verdad, todo parecía perdido hasta ese momento, y sólo a la espera de un milagro inesperado, los actuales Campeones de la NFL, los Filadelfia Eagles, sacaron la casta, y precisamente jugaron como eso, como Campeones.
Ante Los Ángeles Rams la escuadra de Pensilvania recobró su mejor versión, y entonces pudo dar cuenta del equipo californiano, al son de 30-23, bastante cerrado, pero justo en sus aspiraciones.
Y apenas el último fin de semana, ahora la hazaña fue en contra de otra franquicia que llegó igual de embalada al compromiso, los Houston Texans (32-30). La rúbrica, que los mantiene con opciones de meterse a los Playoffs, a los que se han aferrado hasta el último minuto de la temporada regular, fue obra de Nick Foles, el quarterback que pareciera estar hecho para ser el héroe menos pensado.
El veterano, MVP del Super Bowl LII, también ocupando la vacante que dejó el estelar en los controles, Carson Wentz, acostumbrado a tener que lidiar con las lesiones, ante los de la ciudad sideral construyó un regreso que rayó en lo increíble, y es lo que mantiene a las Águilas con las velas encendidas para poder defender su corona al menos colándose hasta la Postemporada.
Lo de Foles, al mismo tiempo notable y espectacular, con una actuación de 35 pases completos en 49 intentos para cuatro touchdowns y una intercepción, encabezó a Filadelfia a una victoria vitamínica ante los Texanos.
Sin duda, llamativo para el que se presume como relevo de lujo, pues el más destacado del último Superdomingo en la casa de los Minnesota Vikings, quien se la pasó casi toda la campaña en el banquillo, ahora puede presumirse como el líder de las victorias más importantes y recientes.
Un golpe a los escépticos, a los negativos, a las aves de mal agüero, pues luego de una Pretemporada bastante pobre, y un arranque de campaña dando visos de porqué es el dos del equipo, parece recuperar el futbol de 2017, ese mismo que le valió para encabezar el primer título de Liga para Philly
