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ALEJANDRO LELO DE LARREA-PALACIO NACIONAL
Seis días antes de rendir protesta, en un hecho inédito, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador encabezó una concentración de más de 30 mil elementos y oficiales de las Fuerzas Armadas. Ahí les pidió su ayuda para hacerle frente a la inseguridad y pacificar al país. Ese día, era como una llamada a misa.
Pero este domingo ya no, aunque les dijo más o menos lo mismo. No, porque ya fue en el marco de la salutación, los honores que le rinden los militares al nuevo comandante supremo. Es decir, cualquier cosa que diga ya AMLO a los militares es una orden y se acata, como es la disciplina castrense.
“…Les convoco (forma sutil de decir les ordenó), en mi carácter de comandante supremo de las Fuerzas Armadas, para que logremos resolver el problema de la inseguridad y de la violencia, y que se disipen las dudas, pensando que esta decisión tiene que ver con medidas autoritarias, represivas”.
Esa expresión vino en el contexto de la necesidad de reformar la Constitución y crear la Guardia Nacional, dependiente directamente de un militar: el general secretario de la Defensa Nacional, cuyo jefe es López Obrador.
También una orden, cuando dijo que en estos nuevos tiempos las Fuerzas Armadas se va a reforzar la formación en todo lo que tiene que ver con el respeto a los derechos humanos, y para cumplir con los protocolos en el uso de la fuerza.
Es decir, una advertencia para que se vayan preparando, porque en caso de errores militares la presión social será mayúscula.
EN LOS MURALES… Ya está lista la primera gira de fin de semana del presidente López Obrador. El próximo viernes va a visitar Tuxpan, Tecuala y Acaponeta, Nayarit.