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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.– La séptima audiencia del juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán Loera en la Corte Federal del Distrito Este en el barrio de Brooklyn, Nueva York, se convirtió en una de las sesiones más tediosas del proceso judicial contra el capo y donde contaron la opulencia con la que vivió el narcotraficante mexicano.
En segundo día testificando Miguel Ángel Martínez El Tololoche, señaló que El Chapo disfrutaba de casas “en cada playa”, al menos cuatro jets en los que transportaba millones de dólares, un yate llamado El Chapito, un zoológico y se sometió a un método de células rejuvenecedoras en Suiza.
Las operaciones del Cártel de Sinaloa que supuestamente dirigía Guzmán llegaron a ser tan lucrativas que éste llegó a regalar más de 50 coches a sus empleados una Navidad, dijo Martínez. Según aseguró, cada empleado podía escoger un auto entre tres modelos diferentes: Thunderbird, Cougar o Buick.
“(El negocio) era el mejor del mundo”, testificó el mexicano.
Martínez relató cómo los millones que entraban al cártel eran muchos, pero los que salían también eran bastantes. El Chapo tenía cuatro o cinco mujeres diferentes, varias familias que mantener y empleados a los que pagar. El testigo explicó cómo una de sus labores era ir a recoger los entre ocho y diez millones de dólares que llegaban cada mes a Ciudad de México en cada jet que tenía Guzmán Lorera, y luego colocarlos en maletas que llevaba a los bancos para depositarlos allí.