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Aun con el olor a humo de periódicos quemados e incluso de algunas prendas, despierta Amado Guillermo Cruz, quien vive en la calle desde hace 12 años y decidió encender una fogata para cubrirse del frío.
“La gente fue buena”, reconoce, pues presume de los botes de yogurt, vasos de café y las cobijas que esta noche le regalaron los vecinos de la colonia Viaducto Piedad.
“Se sintió bastante, hasta veía las nubes y la neblina aquí abajo”, expresa sin soltar las hojas del periódico que no quemó para leer.
Recargado en la cortina metálica de un negocio y esperando los últimos minutos antes de ser retirado por los comerciantes, narra que el frío le llegó “hasta los huesos” y, de buen humor, asegura que a los únicos que no le llegó fueron a los de su pierna.
“No tengo la pierna izquierda, la perdí en un accidente de camión cuando trabajaba pepenando, ahora sigo pepenando pero para buscar cosas para comer”, dice con risas.
El hombre que asegura tener 50 años dice que no ha recibido ayuda de las autoridades, quizá porque se mueve de un lugar a otro desde hace más de una década.
“Estaba en el albergue que está aquí a la vuelta (en avenida Santa Anita) pero tienen a la gente en pañales y te pegan, yo mejor me estoy recuperando solo”.
Asegura que su recuperación consiste en dejar el alcohol, un problema que considera menor al de su esposa que “estaba metida en drogas”, situación por la que decidió dejarla por los rumbos del Reclusorio Norte.
“Estoy bien solo, es mejor estar así aunque esté en la calle. Lo único que se siente es el frío, pero si me regalan cubrebocas y cobijas puedo estar bien”, expresó.
Amado Guillermo Cruz Torres, quien porta varias chamarras y gorros, confiesa que para lo único que acudirá a los albergues en los próximos días será para recoger ropa o bebidas calientes.
Con información de Notimex