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Entre Líneas
Por Daniel Moncada
Utilizaré este espacio textual para denunciar los atropellos, tanto de civiles, como por uniformados desde la madrugada del lunes y hasta la noche de ese mismo día. Vaya inicio de semana. Una persecución que terminó en abuso de autoridad, un bloqueo de casi 20 horas y una desmovilización con uso de la fuerza.
Resulta que “los policías buenos de la Ciudad de México”, se defendieron de “la comunidad criminal” de San Juanico, ubicada en las periferias con el Estado de México, tal cual lo quieren hacer ver las autoridades que afortunadamente ya se van. Su renuncia queda únicamente a expensas de que el tiempo lo decida y el periodo para terminar su gestión se acabe.
Ojalá no permanezca la impunidad y las indagatorias den con los responsables y se castigue severamente a los involucrados. Ayer reflexioné justo cuando la policía federal, con apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública al mando de Raymundo Collins, desarticularon el bloqueo de la México-Pachuca que provocó la inconformidad de millones de metropolitanos que no pudieron o tardaron más de lo cotidiano en llegar a su trabajo:
“El Estado resolviendo los problemas con la población como siempre, desmovilizando haciendo uso de la fuerza, pero eso sí, actuando con “apego a Derecho”, argumentando con el mismo artículo que violan. Pobres de los pobres que aún no son escuchados”.
No se vale criminalizar a una comunidad, por el simple hecho de vivir en una de las zonas que padecen pobreza y bajos niveles de educación, que además sirven como dormitorio en el área metropolitana, que va de Tlalnepantla, Ecatepec, hasta Tecamac y Zumpango (sin olvidar los otros 121 municipios del EdoMex). Y lo peor, no se vale que la opinión pública se lo trague y se queden conformes con la manera de regresar al statu quo establecido con un toque de fascismo y represión.
Por su parte y por suerte, la próxima jefa de gobierno denunció estos atropellos por parte de los subordinados de Collins. “No es la manera de comportarse de la policía de la Ciudad de México y tiene que existir una investigación de qué hacía la policía de la Ciudad de México en ese lugar, tiene que explicarse”, dijo Claudia Sheinbaum.
Lo intentó explicar Collins, pero no cesó de criminalizar a los pobladores de San Juanico, casi “chillando”, dice, “nos querían despojar del criminal”, ellos nos golpearon primero, como un escolar de primaria. Sin reflexionar que estas situaciones representan claramente la repercusión de los daños estructurales en el tejido social a causa de la violencia y la pobreza, la desigualdad imperante en nuestro amado país. Puedo escribir libremente que le queda menos de un mes en el cargo a este ingeniero que se dedicó a la seguridad pública.
Afortunadamente la Dra. Sheinbaum en su momento expresó que no ratificará el mandato del secretario (despota) Collins, quien a través de sus movimientos y su gesticulación facial, en conferencia de prensa, comunicaba su incomprensión por los que menos tienen. Ahora cada que vea una patrulla cuando camine por las calles de la ciudad, por lo menos hasta el 5 de diciembre, temeré por mi integridad.
Así que esperemos también que no se dé un simple carpetazo y se quede al olvido ese abuso de autoridad que mantuvo a todo el país con los ojos en la zona metropolitana, entre el Estado de México y la capital.
¿O creen que por haber sido subsecretario de la SSP en la capital, cuando gobernó AMLO, tendrá su inmunidad que propicia la impunidad del actuar de los servidores públicos?
Realice sus propias conclusiones.