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El valor del espacio público

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El Atleta

David E. León Romero

@DavidLeonRomero

Cuando era niño, estaba obligado en casa a cumplir con ciertas tareas. Los fines de semana, mi madre me pedía salir a barrer la banqueta que estaba al frente del portón de la casa. Solía ensuciarse con las hojas y varas que caían de un par de árboles que en ella estaban, y por los residuos que algún ciudadano o el viento dejaban en ella. Tomaba la escoba y una bolsa de plástico y salía a barrer, pintando una línea imaginaria en los linderos de los vecinos para marcar la superficie a limpiar.

El espacio público es ese territorio compartido por los ciudadanos, donde podemos convivir libremente, en armonía y tranquilidad, de manera gratuita. En ese espacio, la autoridad marca las reglas y garantiza la seguridad, y los ciudadanos, se apropian de él en el mejor sentido del término, disfrutándolo de forma colectiva y cotidiana.

El valor del espacio público en nuestras comunidades resulta incalculable. Promueve la convivencia familiar y la actividad física que tanto bien nos hace. Nos hermana unos con otros, nos hace iguales, sin necesidad de acreditar origen y nos brinda sentido de pertenencia. Fomenta la actividad económica, que siempre y cuando sea ordenada, resulta positiva para todos. Promueve la cultura, siendo un sitio donde emergen diferentes expresiones artísticas que nos dan identidad. El espacio público nos une y nos define.

Vale la pena entonces intentar responder algunas preguntas: ¿cómo están nuestros espacios públicos? ¿qué tanto los hemos procurado o abandonado? Las respuestas nos llevan invariablemente a la necesidad de instrumentar acciones, mediante la participación de mujeres y hombres, de todas las edades, que nos permitan avanzar en contra de la pobreza, la violencia, la inseguridad y la desigualdad, a través del fortalecimiento, recuperación y creación de espacios públicos.

Esa sencilla tarea encomendada por mi madre, que en aquellos años me parecía incomprensible, era la manera de comprometerme con un cachito del espacio público de mi colonia, de hacerlo mío, de procurarlo y de garantizar su permanencia.

Recuperemos y construyamos juntos nuestros espacios públicos, en la búsqueda de relaciones más sanas, justas y cordiales, que promuevan la convivencia y con ella los valores de nuestras comunidades.

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