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No fue fiesta. Pero, este fin de semana, el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador tuvo una celebración familiar, austera y privada, en Campeche.
No fue la boda de alguno de sus hijos, como se especulaba. Él mismo lo negó el viernes por la noche, al llegar al aeropuerto Alberto Acuña, de la capital campechana. Iba con su esposa Beatriz y su hijo Jesús Ernesto. Sin su ayudantía. Incluso él mismo cargaba su maleta.
Fuentes del grupo cercano a López Obrador comentaron que se trató de un fin de semana en familia, la forma de festejar su cumpleaños 65, que será este martes 13. Se hospedaron en el modesto Hotel Siho Playa.
Bajo una palapa en la playa se le vio reflexionando y escribiendo. Seguro esos dos discursos que, dijo el viernes en conferencia de prensa, habría de redactar este fin de semana. Uno para el miércoles, la presentación de la Estrategia Nacional de Seguridad, dijo. Del otro no comentó, pero se especula sería el del 20 de noviembre, aniversario de Morena.
AMLO en su llegada al estado de Campeche
En familia, porque este acaso será el último fin de semana de descanso del mandatario electo, antes de asumir la Presidencia de la República, el próximo sábado 1 de diciembre. Y de ahí, 5 años y 10 meses muy intensos.
Hace 65 años, López Obrador nació en Tepetitlán, pueblo del municipio de Macuspana, enclavado entre selvas y ríos de Tabasco.
Es primogénito de una familia provinciana acomodada. Sus padres: Andrés López Ramón y Manuela Obrador. Don Andrés, hijo de campesinos veracruzanos. Trabajó en la exploración de pozos petroleros; doña Manuela, hija de un importante comerciante español de la región.
Estudió Ciencias Políticas en la Ciudad de México, en la UNAM, porque en Tabasco no había esa carrera. Después de terminar su carrera, hacia 1977, consiguió su primer empleo: fue nombrado coordinador del Centro Indigenista Chontal en Tabasco. Ahí vivió seis años, en una choza con los indígenas, recién casado con Rocío Beltrán (qepd) y su hijo mayor, José Ramón, quien apenas tenía 1 año de edad.
Por eso hay quienes consideran que López Obrador posee una sensibilidad social que pocos políticos tienen. Una gran diferencia con los neoliberales, quienes han estudiado posgrados en Harvard, Yale, donde desde un pupitre es imposible siquiera imaginar lo que realmente ocurre en las bases del pueblo, de la sociedad.
La mejor prueba de ello: el grupo neoliberal que gobernó al país más de 30 años hereda más de 70 por ciento de la población en pobreza y peor, en pobreza extrema. En respuesta a eso, AMLO contempla, en el arranque de su Gobierno, elevar de 11 millones de personas a 28 millones el número de beneficiarios de programas sociales, enmarcados en el plan Bienestar.
El año pasado, cuando fue su cumpleaños 64, López Obrador celebró en Tamasopo, San Luis Potosí.
Con información de Alejandro Lelo de Larrea
