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Imagínate querer levantarte y que te duelan todos los músculos y las articulaciones de tu cuerpo. Cualquier esfuerzo que haces aumenta el dolor y sientes como si tuvieras el cuerpo cortado. Cada vez estás más cansado y no te recuperas. Te tomas un analgésico y en cuanto pasa el efecto, regresa el mismo malestar.
No le encuentras ninguna explicación a lo que te pasa, vas al doctor, te hace exámenes y te confirma que no hay nada a primera vista. Por los síntomas, podría ser fibromialgia.
Esta es una enfermedad todavía mal entendida y que, incluso, una buena cantidad de profesionales de la salud niegan su existencia o solo se refieren a ella como una depresión.
Pero la realidad es que se trata de una enfermedad que se activa porque el centro cerebral encargado de la administración y localización del dolor se encuentra hiperexcitado y le reporta al resto del sistema nervioso un dolor constante y generalizado que hace imposible el funcionamiento habitual.