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DE FRENTE Y DE PERFIL-RAMÓN ZURITA
Conforma pasan las semanas y meses después de los comicios del 1 de julio, no se define el rumbo que tomará el PRD, partido que resultó muy dañado en ese proceso.
Es cierto que el reparto fue casi parejo entre priístas, panista y perredistas, golpeando más a los tricolores que perdieron la Presidencia de la República, pero los del sol azteca quedaron casi liquidados.
Perdieron los comicios en las tres entidades que todavía gobiernan, pero sus bancadas en el Congreso de la Unión quedaron reducidas a un puñado de legisladores que apenas logran formar una bancada.
Priístas y panistas se preparan para el futuro, anunciando reestructuraciones y hasta la elección de nuevas dirigencias nacionales, el PRD se mantiene en silencio y no se advierte el cómo enfrentará el futuro.
Silvano Aureoles, Michoacán; Arturo Núñez, Tabasco y José Ramón Amieva, CDMX, se mantienen al frente de los tres últimos reductos estatales del PRD, aunque el segundo y el tercero dejarán en diciembre esa posición, para dar paso a los gobernantes de MORENA, elegidos en las urnas.
En el Congreso, los 5 senadores perredistas, mantienen con el alma en un hilo a su coordinador, Miguel Ángel Mancera, ante la eventualidad de una nueva fuga (recientemente el sexto senador migró al Verde).
En la Cámara de Diputados su reducido grupo de legisladores solamente alcanzó para presidir dos comisiones, a diferencia de hace tres años cuando presidió siete, incluida la poderosa Comisión del entonces DF.
Y mientras, los perredistas se mantienen cautos, los priístas inician su guerra en contra de la dirigencia nacional, impulsados por Ulises Ruiz y su grupo Democracia Interna, que pide a Claudia Ruiz que decida entre ser senadora o presidenta del partido.