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El 2 de octubre se cumplen 50 años del movimiento estudiantil que culminó con una masacre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Son ya cinco décadas de una larga lucha que inició como una rebelión estudiantil en contra del gobierno autoritario de Gustavo Díaz Ordaz.
Al evolucionar la protesta de los alumnos del IPN –a quienes se sumaron los de la UNAM y de otras escuelas–, el movimiento fue creciendo en una lucha por la libertad, la justicia y contra el autoritarismo.
Lo que empezó como una bronca entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5, y las pandillas de Las Arañas y Los Ciudadelos, así como alumnos de la prepa Isaac Ochoterena, el 22 de julio de 1968, fue creciendo, toda vez que, al día siguiente, granaderos de la policía capitalina se enfrentaron con alumnos y tomaron con lujo de violencia la Voca 5.
La represión policiaca sobre los estudiantes se recrudeció, y los enfrentamientos se dieron en varios puntos de la capital del país. Las escuelas involucradas acordaron en asamblea hacer una huelga, para que el gobierno respetara sus derechos.
Sin embargo, el 29 de julio, en la madrugada, integrantes del Ejército entran por la fuerza a las instalaciones de las preparatorias Número 1 –destruyendo su puerta principal con una bazuka–, 2, 3 y 5, de la UNAM, y la Vocacional 5, del IPN. Además, Ciudad Universitaria y las preparatorias 5 y 7 fueron tomadas por las “fuerzas del orden”, violando la autonomía universitaria.
El enfrentamiento dejó un saldo de más de 400 heridos, estudiantes en su mayoría, quienes fueron hospitalizados, además de poco más de mil detenidos.
Al día siguiente, las amenazas no se hicieron esperar. Así, el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, aseguró que “intereses mezquinos e ingenuos pretenden desviar el camino ascendente de la Revolución Mexicana”.
Alfonso Corona del Rosal, regente del DF: “la respuesta de las autoridades fue en respuesta a un plan de agitación y subversión perfectamente planeado”.
Marcelino García Barragán, secretario de Defensa: “estamos preparados para repeler cualquier agresión y lo haremos con toda energía; no habrá contemplaciones para nadie”.
Y el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, luego de izar la bandera a media asta: “la Universidad es lo primero, permanezcamos unidos para defender, dentro y fuera de nuestra casa, las libertades de pensamiento, de reunión, de expresión y la más cara: ¡nuestra autonomía!”.
TLATELOLCO
Las protestas y la represión siguieron, pero la culminación se dio en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el 2 de octubre.
Ese día, el Consejo Nacional de Huelga realizó una concentración de unas diez mil personas, estudiantes en su mayoría. Dos helicópteros sobrevolaban la plaza, y poco después de las 16 horas, dispararon desde el cielo tres luces de bengala. Fue la señal fatal.
Cerca de cinco mil militares y un número indeterminado de agentes vestidos de civil, irrumpieron con sus armas y a partir de ese momento sólo se escucharon gritos y disparos. Otro grupo –el llamado Batallón Olimpia– que se distinguió por usar un guante blanco en la diestra, hizo suya la plaza y mató a muchas personas.
El saldo: centenares de heridos, casi dos mil detenidos, y un número no determinado de fallecidos. Los actos de crueldad fueron constantes, y la periodista italiana Oriana Fallaci, presente en la Plaza, anotó que ni en la guerra de Vietnam había presenciado tal salvajismo.
Al día siguiente, el panorama era desolador: decenas de zapatos, charcos de sangre, ropa mojada y muchos agentes policiacos y soldados en Tlatelolco.
El CNH informó que el Batallón Olimpia causó la muerte “de 150 civiles y de 40 militares”. Se calculó que unas 500 personas perdieron la vida por estos hechos. Decenas de estudiantes y líderes, fueron encarcelados.
Diez días después, el 12 de octubre, iniciaron los Juegos Olímpicos de México 68…. Y al mismo tiempo, se dictaron los autos de formal prisión en contra de los estudiantes detenidos.
La fecha fatídica cumple 50 años: 2 de octubre.
