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El Atleta
David E. León Romero
@DavidLeonRomero
En días pasados nos enteramos de la existencia de un contenedor refrigerado que almacenaba más de 150 cadáveres. El año 2017 fue el más violento desde que se tiene registro y los datos que el 2018 arroja, no permiten pronosticar una mejoría en este renglón.
¿Cuántos casos como éste existen y no conocemos? ¿Cuál es la cifra real de desaparecidos y dónde se encuentran? ¿Qué historias existen detrás de cada uno de esos cadáveres que deambulan aquí y allá? El dolor de los familiares que caminan incansablemente en la búsqueda de los suyos, y el de aquellos que lloran la muerte de un familiar, deben detenerse.
Detrás de este hallazgo existe un panorama de descomposición, violencia y dolor, que ha multiplicado las muertes y que a su vez ha provocado que la capacidad de muchas instituciones, entre ellas, las encargadas de los servicios forenses en los estados, se vean rebasadas, obligándolas a realizar medidas emergentes para cumplir sus tareas. Ante este incremento, los responsables en Jalisco decidieron alquilar dos contenedores refrigerados para resguardarlos.
Detrás de este contenedor están las estrategias emprendidas en materia de seguridad que no han rendido los frutos esperados. También está la corrupción y la impunidad. Podemos ubicar además el abandono a nuestros jóvenes, que están lejos de la prosperidad que da el empleo y la educación y al mismo tiempo se encuentran cerca de los riesgos y peligros que provoca la ausencia de oportunidades.
Una vez conocida la existencia del contenedor, las autoridades tomaron la decisión de construir de manera urgente un espacio más amplio para refrigerar los cuerpos.
El reto no debe estar en ampliar las instalaciones hasta alcanzar la capacidad necesaria para almacenar cadáveres, sino en disminuir la violencia que provoca muertes en nuestro territorio. Por lo tanto, lo urgente es la ampliación de los espacios deportivos, educativos y culturales, la generación de empleos, la distribución del presupuesto de manera justa, el apoyo a los más necesitados y la aplicación de la ley.
Multipliquemos las acciones y los espacios que promuevan el desarrollo integral y la paz, hasta que logremos que las morgues estén vacías y nunca más se piense en ampliarlas. De no atender las causas, nunca alcanzarán las morgues.