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En perfecto orden y sin ningún incidente, se llevó a cabo el macrosimulacro en la Basílica de Guadalupe, informó Juan Franco, coordinador de Protección Civil del Templo Mariano más importante de América Latina, quien al término de esta actividad reportó saldo blanco.
Tras el sonido de la alerta sísmica, el sacerdote que en esos momentos oficiaba una misa pidió a los fieles católicos salir del templo guadalupano en completo orden.
“Todos tranquilos, en paz, sin excepción, nos vamos a las rejas monumentales de la Basílica. No se queden cerca de los templos, diríjanse hacia las rejas principales. Nadie se queda”, indicó el sacerdote.
Una vez fuera del templo, equipo de protección civil y brigadistas solicitaban a los presentes que desalojaran la explanada y se replegaran hacia las rejas perimetrales para evitar un posible colapso.
“Debajo de la explanada se ubica el estacionamiento, esto es, un lugar hueco, de ahí la importancia de replegar a la población hacia las zonas más seguras”, indicó Franco.
Recordó que en caso de una calamidad, como puede ser un sismo, los elementos de seguridad interna, de seguridad perimetral y los 120 brigadistas del lugar se encuentran debidamente coordinados con elementos de la Policía Federal.
Detalló que la Basílica cuenta con un sinnúmero de vitrales que, en caso de caída, pueden dañar a alguna persona y resaltó que otra zona de riesgo es, sin duda, la antigua basílica, dada la inclinación que tiene del lado izquierdo.
Una vez pasada la “emergencia”, los fieles católicos regresaron al atrio para continuar escuchando el sermón del sacerdote, dar gracias a Dios por los favores recibidos y orar por las víctimas del sismo ocurrido hace un año.
Con información de Notimex