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Más que una limitante, la condición de estas personas les permite desarrollarse de gran manera en ciertos trabajos
LA INCLUSIÓN de las personas con discapacidad en puestos de trabajo está en ascenso y los empleos que se demandan son variados, entre ellos auxiliares de cocina o de recepción, empleados administrativos o de archivo y operarios.
Solo el 5% de personas con IDD (siglas en inglés) en edad de trabajar tiene un contrato y, es que, para acceder a un puesto de trabajo en el mercado laboral son necesarias una preparación y formación adecuadas que muchas veces las personas con esta condición no se les permite.
Debido al estigma que la sociedad muestra hacia ellos, en muchas partes del país se les ha segregado e, incluso, se les mantiene al margen de la vida pública. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que las personas con síndrome de Down son capaces de adquirir determinadas habilidades sociolaborales.
Diversas asociaciones trabajan arduamente para que puedan obtener un empleo, como cualquier otra persona, logrando un parteaguas en la sociedad.
La contratación de cualquier persona con alguna capacidad diferente, le permite a las empresas mejorar su imagen, al volverse incluyente, lo que afecta positivamente en la percepción del público.
Las personas con síndrome de Down son los trabajadores ideales, ya que tienen menos abstención, son constantes, se esfuerzan a dar lo mejor y su nivel de compromiso motiva al resto de la organización.
Otro de las mejoras que se produce en el ambiente de trabajo surge curiosamente de sus limitaciones intelectuales que, hacen que su trato, participación y presencia tienda a centrarse siempre en los temas más esenciales. Son más directos, con mucho menos doblez y tienden a romper, a veces, los cánones de lo políticamente correcto. Esto se traduce en una mejora de la relación laboral al crear relaciones más humanas.
Entre esas numerosas ventajas que ofrece la contratación de personas con discapacidad intelectual, y en concreto, personas con síndrome de Down, destacan las siguientes:
MEJORA LA IMAGEN DE LA EMPRESA
La integración de personas con síndrome de Down proyecta una imagen de empresa responsable y solidaria, comprometida con su comunidad.
FOMENTA LA DIVERSIDAD
La presencia de personas con síndrome de Down enriquece las plantillas y aporta una humanidad que mejora el trabajo en equipo.
AUMENTA LA PRODUCTIVIDAD EN LOS PUESTOS ASIGNADOS
Las personas con síndrome de Down suelen desempeñar sus tareas muy motivadas y con un alto sentido de la responsabilidad.
OTORGA PREFERENCIA EN LA ADJUDICACIÓN DE CONTRATOS EN EL SECTOR PÚBLICO
Muchas empresas públicas valoran muy positivamente la presencia de personas con síndrome de Down en las plantillas de las empresas que participan en concursos públicos a la hora de adjudicar contratos.
MEJORA EL CLIMA LABORAL
El contacto diario con personas con síndrome de Down potencia el espíritu de equipo, aflora el sentido de responsabilidad con respecto a tus compañeros y refuerza el sentido de pertenencia al grupo.
CUMPLE LA LEY
La legislación vigente en nuestro país, en materia de contratación laboral, obliga a las empresas de más de 50 trabajadores a reservar el 2% de los puestos a personas con capacidades diferentes.