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Estimule a sus hijos para ser mejores personas en la vida, regalando todos los juguetes que les sobran o toda la ropa que no usen y se pueda usar
DICE EL DICHO que: “Familia que dona junta, permanece junta”, o al menos eso debería de decir. Y es que fomentar e involucrarse en buenas acciones y en la filantropía entre nuestros consanguíneos, ayuda a reforzar los lazos de unión familiar.
Más que solo una moda u obligación, realizar actos beneficencia ayudará a los más pequeños de la casa a crear empatía con las demás personas y a valorar las cosas que lo rodea.
Enséñeles la palabra filantropía. A los niños pequeños les encantan las palabras largas. Defínala como compartir el tiempo, el talento y las cosas que uno aprecia mucho con personas que más lo necesitan. Muéstreles a los héroes de su localidad, tales como un líder religioso, un voluntario bondadoso, un guardia de la escuela que ayuda a los niños a cruzar la calle, el lector voluntario de la biblioteca o un bombero voluntario.
Es importante que le hable sobre diversas culturas y animarlos a interesarse en las personas de aspecto diferente al de los miembros de su familia, y a confiar en ellas. Aproveche la natural conexión emocional que tienen los niños con los animales, la naturaleza y con otros niños de su misma edad para hablar sobre cuidar de los demás y compartir con ellos.
Haga que sus hijos jueguen o participen socialmente en grupos que se enfoquen en cierto modo en cuidar, compartir y ayudar. Las organizaciones juveniles y los grupos de jóvenes de su congregación son buenos sitios para comenzar.
HAGA QUE LA FAMILIA CUENTE
Comience a hacer que sus hijos de edad de primaria participen en actividades de dar y compartir y fomente la confianza en sus habilidades.
Cuéntele historias de la familia sobre filantropía, tanto si la familia dio o recibió.
Esta conexión puede ser tan simple como que la familia disfrutó de un concierto de la sinfónica de niños patrocinada por una compañía local o la ayuda que dieron a los abuelos o a los padres durante su vida.
Puede incluir un hecho simpático cuando su familia ha hecho un regalo, o un momento emotivo cuando alguien de la familia hizo un esfuerzo especial para ayudar a otra persona. Estas historias familiares forman las ideas complejas mencionadas más adelante en el currículo real, entendible e importante para los niños.