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TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.—Confusión en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez. Está por llegar el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Hay personas que lo esperan. Saben que viajará de vuelta a la CDMX.
Según ellos, prueba de que no tarda en llegar, es que en el hangar del aeropuerto Ángel Albino Corzo se encuentra estacionado el avión presidencial Benito Juárez, el TP-02. Es el avión viejito. El nuevo es el de súper lujo, el que costó 7 mil 500 millones de pesos.
Obrador llegó a esta ciudad el lunes, para inaugurar los Foros por la Educación, y para reunirse con el presidente de Guatemala, Jimmy Morales. El primer encuentro con un jefe de Estado desde que ganó la Presidencia. Jimmy Morales durmió en el mismo hotel que López Obrador.
Lo cierto es que el hotel donde durmieron fue el más vigilado de la ciudad. El Estado Mayor Presidencial, el encargado del resguardo. Se trata de un dignatario extranjero, y a ellos les corresponde en esos casos. Usualmente, en actos oficiales, los elementos destacados por el Estado Mayor son, en su mayoría, hombres. Hoy, una diferencia: una buena parte son mujeres. Son quienes hacen la revisión más minuciosa en el filtro de seguridad principal.
Llegan los presidentes. La reunión entre ambos se prolonga unos 90 minutos. En tanto llegan, en el área donde se tomarán la fotografía oficial, aguardan camarógrafos y reporteros. Se arma una lista de quienes preguntarán: la mitad mexicanos y la otra mitad guatemaltecos. Pero cambio de señales. No habrá ronda de preguntas. Nadie se queja. “Me quedé admirado de que no protestaron porque no habría preguntas”, diría más tarde López Obrador, ya en la sala de espera del aeropuerto. AMLO abordó un vuelo para regresar a la CDMX.