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CIUDAD DE MÉXICO.– Al finalizar el presidente Enrique Peña Nieto acompañó hasta su Jetta blanco al mandatario electo Andrés Manuel López Obrador. Atrás quedaron los momentos incómodos. Se despidieron con un apretón de manos. “Respeto y armonía”, como ellos mismos calificaron al encuentro y al proceso de transición.
Había concluido la tercera reunión de transición entre Presidente saliente y entrante. Esta vez, acompañados por el gabinete que se va y el que llega. Una hora y media de reunión entre ellos. Y 45 minutos de conferencia de prensa, tensa por algunos momentos.
Los temas incómodos: nuevo aeropuerto, reforma educativa, inseguridad, violencia, economía, inversión extranjera, relevo en los mandos militares, Elba Esther Gordillo.
Minutos antes de las 15:00 horas, ya estaban presentes prácticamente todos los integrantes de ambos gabinetes, entrante y saliente, en el Patio de Honor de Palacio Nacional.
Notable, la diferencia en la equidad de género. Del lado de Peña, sólo dos mujeres; en el próximo gabinete, ocho.
A las 3 en punto, por las escalinatas que llevan a la Oficina Presidencial, aparecieron Peña y Obrador. Se veían relajados. Sonrientes al llegar frente a las cámaras. Cada uno ocupó su lugar en el estrado: dos atriles, dos banderas de México al fondo, dos gabinetes. Dos visiones de país. A la izquierda, López Obrador. Peña, a la derecha. Breves discursos protocolarios.
Y el momento de las preguntas que incomodaron. En el gabinete de Peña, tensión.
El gabinete de López Obrador, se veía relajado.
Se terminó la conferencia. Peña y AMLO se saludaron para la foto. Cuando se marchaban, en su paso, se detuvieron frente a Rocío Nahle unos instantes. Breve charla. Presidente constitucional y Presidente electo salieron. Iban tan sonrientes que nadie dudaría que estamos ante una transición.