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Invita Obrador a fiesta en el Zócalo

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CIUDAD DE MÉXICO.– Andrés Manuel López Obrador ya piensa en la fiesta de su asunción como Presidente Constitucional: “Los invito al Zócalo, el primero de diciembre, para iniciar juntos la construcción de una patria nueva. ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”

Y la respuesta multitudinaria: “¡Presidente!, ¡Presidente!, ¡Presidente!”

Así concluía el discurso de unos 45 minutos de López Obrador ante más de 10 mil delegados y militantes de Morena invitados al Quinto Congreso Nacional del partido.

Fue en realidad un gran apapacho al supremo líder del movimiento que aplastó a los partidos tradicionales el pasado 1 de julio, cuando ganó casi todo: Presidencia, mayorías en Congresos federal y 20 estatales, centenares de alcaldías, la Ciudad de México y otras 5 gubernaturas.

López Obrador sólo acudió a pronunciar el discurso principal. Casi a las 12 del día, subió al estrado entre gritos: “¡Sí se pudo!, ¡sí se pudo!”, coreaban. Ahí, destacada la presencia de la jefa de gobierno electa, Claudia Sheinbaum. También Yeidckol Polevnsky, la presidenta de su partido.

Previo a ello, afuera, durante varias horas, hicieron filas miles de morenistas. Delegados e invitados. El acceso, muy lento. Más controlado. Incluso legisladores y gobernadores electos tuvieron que hacer fila.

Aunque hubo excepciones. Ya casi a las 12 del día, llegaba el líder de Morena en la Ciudad de México y senador electo, Martí Batres. No se formó. Provocó el enojo de la gente: ¡A la cola! ¡Todos somos iguales! ¡No lo dejen entrar! Batres, ni vio ni oyó. Y se metió. En palabras de López Obrador, Batres actuó como todo un machuchón (influyente).

Mario Delgado, quien se perfila como el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, a gusto o a disgusto, como fuera, no quiso ser machuchón: hizo fila durante más de media hora para poder cruzar las vallas finales que conducían al Pleno de delegados.

El discurso de López Obrador, en domingo, al mediodía, como en horario de misa. Y sí, hubo reflexiones que podrían ir perfilando lo que ha anunciado: una Constitución Moral.

Al final, como al principio. López Obrador saludó a los morenistas que se encontraban en las primeras filas, detrás de las vallas justo frente al templete. Ahora ya estuvo un poco distante de la gente. Ya es Presidente electo.

Sí, ha reforzado su equipo de seguridad. Al despedirse, en vez de dar una entrevista a los medios en la escalera, los periodistas tuvieron que esperar a que saliera para que les permitieran retirarse. Un protocolo de seguridad que se sigue con todos los presidentes. Nadie se va hasta que él se haya marchado completamente.

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