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Alberto Zentella Rodríguez, Cuba, dio muestras desde pequeño de tener talento musical, prodigio que lo llevaría a componer himnos dedicados a su alma mater –la UJAT–, el Colegio de Policía, el Tribunal Superior y, en tiempos de Andrés Manuel López Obrador como presidente del PRI, el correspondiente al tricolor.
La letra plantea alcanzar la justicia social a partir de ideales como la unidad, la libertad, la democracia. Habla de vigilar al partido, de defender a la patria de traidores y extraños, así como de derrocar al tirano mediante los votos. Es una clara alusión Francisco I. Madero, uno de los referentes del expresidente nacional de Morena.
Además, refleja mucho de los ideales de Obrador, tomando en cuenta que entonces el PRI era el partido hegemónico, pues es algo provocativa cuando exclama que hay que luchar para impedir el saqueo.
Cuba era 10 años mayor que el de Macuspana y, como él, también había nacido en la provincia, rodeado de gallos cantores, aves trinantes y sapos barítonos de Nacajuca. La diferencia era que mientras Andrés Manuel no tocaba ni la guitarra, Cuba cantaba y componía. El destino es ciego y se cruza caprichosamente en la vida de ambos, sin que los dos lleguen a ser grandes amigos. Cuba vive como Andrés Manuel en el Distrito Federal. Trata como él, aunque por razones diferentes, a las personalidades tabasqueñas de la época. Por su bonhomía, llega a ser amigo de los gobernadores Manuel R. Mora y Mario Trujillo.
Como Andrés, Cuba regresa a su tierra natal. Se entera por las noticias de la transformación del pantano nacajuquense, en exitosos camellones chontales. Oye en los cafés que ese mismo joven ahora se ha convertido en el presidente del tricolor estatal y desea democratizar el partido.
Simpatiza con esos ideales, coincide también con la admiración que el de Tepetitán tiene por el barbado que hizo la Revolución Cubana, por lo que a pulso se ganará el sobrenombre que lo acompañará toda su vida: Cuba.
Como bohemio, sólo necesitó que un amigo suyo lo encandilara para escribir el Himno del PRI, inspiración que le llegó sólita porque los ideales que tenía coincidían en ese momento con los que el nuevo dirigente del tricolor pregonaba entre las bases: “somos dirigentes progresistas / democráticos y revolucionarios / celosos vigilantes del partido / no permitiremos que socaven nuestra Patria / extraños, inconformes y traidores”.
Con 76 años, Zentella todavía recuerda las vicisitudes de aquellos meses de 1983. Afirma con orgullo que nadie del partido le pidió que hiciera el himno ni cobró un peso por él, lo hizo como una manera de “contribuir a la causa”.
Pese a que se trata de un himno escrito hace casi 35 años, los contrincantes de López Obrador utilizaban ese antecedente para denostarlo, pero adjudicándolo a él como autor.
“Este es el himno a #lamafiadelpoder, compuesto por el inmortal poeta macuspano @lopezobrador”, tuiteó por ejemplo, Felipe Calderón en febrero de 2017. En su publicación adjuntó la foto de un Andrés Manuel joven junto una imagen con la letra del himno del PRI.
La primera en traerlo a cuento fue Josefina Vázquez Mota, quien durante el segundo debate presidencial en 2012 dijo que el himno fue compuesto por Obrador, para atacarlo por su pasado.
“No solamente se mantuvo en el PRI, compuso el himno en Tabasco”, acusó. Zentella asegura que el himno que ya ni siquiera es del PRI, sino únicamente suyo.
El tricolor nunca registró su composición, pero él como autor sí ha hecho valer legalmente su propiedad intelectual. Pasaron años antes de que se diera cuenta de que el instituto político no se apropió de su trabajo, entonces, él decidió asegurarse de que no pueda ser usado de manera inapropiada.
“Mis ideales políticos son los mismos”, confirma con voz grave y segura el autor de canciones exitosas, como El Puente grabada por Orfeón, una disquera de alcances internacionales.
Lopezobradorista declarado, el autor sostiene que no le cambiaría nada a su composición y admite que sería poco ético trasladar el himno a Morena.
