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Ciudad de México.– Los Dolphins estaban etiquetados como la más fuerte oposición para los Patriots de New England en la temporada pasada en la División Este de la Conferencia Americana.
Sin embargo, en la pretemporada el mariscal de campo titular, Ryan Tannehill, tomó la decisión de someterse a una cirugía debido a la lesión que tenía en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, con lo que se perdió toda la campaña.
Entonces el conjunto de Florida le dejó la responsabilidad de los controles a un Jay Cutler, que en ese momento se desempeñaba como comentarista de televisión y su último equipo había sido los Bears de Chicago. Cutler fue el mismo mariscal de sus temporadas con los Osos, nada destacado.
A pesar de eso, consiguieron ganar seis partidos gracias al talento de jugadores como Kenyan Drake, quien provocó que no se notara la ausencia de Jay Ajayi, traspasado a los Filadelfia Eagles, así como Jarvis Landry, ahora con vertido en jugador franquicia.
Para este año los comandados por Adam Gase se hicieron de los servicios de Danny Amendola, exPatriot, que se convertirá en un arma importante para los envíos de Ryan Tannehill, que volverá con sed de revancha después de pasarse un año entre algodones. “Sólo estoy tratando de mejorar.
Siento como que tengo mucho buen juego delante de mí, y sólo quiero ser lo mejor que pueda este año”, señaló el mismo mariscal de campo. Además, los Delfines se hicieron en el pasado Draft de los servicios del ala cerrada Mike Grsicki, de quien se dice puede ser el próximo Rob Gronkowski, así como del safety Minkah Fitzpatrick, de la Universidad de Alabama, un prototipo del defensivo moderno de la NFL, con gran inteligencia, con lo que buscan potenciar su escuadra de cara a un año de revancha.