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EL ATLETA
DAVID LEÓN ROMERO
La situación de violencia e inseguridad que impera en diversas regiones del país, es provocada por una serie de decisiones sostenidas a lo largo de los últimos años. El deterioro se fue construyendo día con día, entre muchos otros componentes, con el abandono de los jóvenes, de la cultura, del deporte, de los valores familiares, de la educación, de la falta de oportunidades de empleo y estudio, en resumen, de la falta de atención y trabajo en el fortalecimiento del tejido social en nuestras comunidades.
El ciclo de impunidad y corrupción fue agravando la situación. Las conductas negativas no se castigaban, lo que provocó un incentivo para continuar cometiéndolas. Por momentos y espacios, se ha borrado completamente la línea divisoria entre delincuentes e impartidores de justicia, lo que alimenta aún más este ciclo.
La forma en que durante los pasados años se atendió la emergencia, intentando únicamente con el uso de la fuerza combatirla, provocó un efecto contrario que agudizó más la situación.
Ante este escenario, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha dado a la tarea de fundamentalmente atacar las causas, es decir, atender de manera directa a todos esos sectores que se encontraron por años en abandono.
Las fuerzas de seguridad de algunos estados y municipios, se convirtieron con el paso del tiempo en parte del problema y se alejaron cada vez más de abonar a la solución. Por si esto fuera poco, el pasado estuvo caracterizado por cientos de operativos especiales y la ausencia de una política de seguridad pública. Derivado de esto último, resulta urgente y necesario echar mano de las instituciones de mayor tradición, disciplina, lealtad y honorabilidad con que nuestro país cuenta. Es por ello, que la formación de una Guardia Nacional, es la única, urgente y necesaria opción con que México cuenta para recuperar la paz y la tranquilidad.
