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DURANTE MÁS DE 9 AÑOS SE HA DISCUTIDO SIN ÉXITO UNA LEY QUE REGULE LOS SALARIOS de los servidores públicos de la Federación. Una forma de ser responsables y congruentes con las nuevas medidas de austeridad, es regulándolos para que sean justos y acordes; sin distinción de género, condición social, etnia o cualquier otra que pretenda discriminar.
Como servidora pública por más de 17 años, me consta que los salarios no tienen que ver con el desempeño o la eficiencia de nuestro trabajo, es decir, hay quienes ganan más por hacer menos y hay quienes ganan menos haciendo más, incluso, el hecho de ser mujer puede determinar un menor salario. Por eso, el pasado 11 de septiembre presenté una iniciativa de vanguardia y acorde al marco jurídico vigente para regular los rangos y montos de las remuneraciones de los servidores públicos federales.
Mi propuesta considera la igualdad, la proporcionalidad y la transparencia, obligando a que los tabuladores de salarios estén categorizados de acuerdo a la complejidad de la responsabilidad, y además, garantizando que se prevean recursos para cubrirlos.
Según datos del World Economic Forum (WEF), México se posiciona en el lugar 84 de 137 países en eficiencia laboral como resultado de las remuneraciones que perciben sus trabajadores, ¡un lugar muy bajo! Por tal motivo, de aprobarse esta Ley, garantizará la permanencia, claridad y eficiencia en la prestación del servicio público. Además, disminuiría la brecha salarial entre hombres y mujeres, que según el WEF estima nos llevaría más de 130 años erradicar en México.
Y es que está más que probado que cuando no se tiene un salario acorde, se incentiva la corrupción. Como legisladores, es nuestra obligación asegurar la eficiencia de la administración pública y en una verdadera República todas las voces deben ser escuchadas.