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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El gobierno municipal de Toluca decidió frenar, al menos por unas semanas, la intervención programada en el pozo El Calvario. Aunque el proyecto debía arrancar en diciembre, el alcalde Ricardo Moreno informó que las labores serán retomadas hasta enero de 2026, con el argumento de evitar nuevas interrupciones en el suministro durante las fiestas decembrinas.
La medida pretende dar un respiro temporal, pero la población asegura que la problemática ya superó cualquier paliativo.
El anuncio ocurrió después de una oleada de inconformidades vecinales que exhibió la fragilidad del sistema hídrico en varias delegaciones. Para los habitantes, el aplazamiento no es más que un parche a una crisis que lleva meses deteriorando la vida cotidiana.
“Apenas nos alcanza para lo básico. Está bien que no corten en diciembre, pero la escasez ya nos tiene rebasados desde hace mucho”, señala doña Maribel, residente de la zona norte, quien afirma que dependen de pipas cada semana.
La incertidumbre, aseguran, se agrava porque el pozo El Calvario abastece a miles de viviendas que han pasado meses con presión mínima o sin servicio.
Mientras el municipio promete que en enero iniciarán los trabajos sin mayores afectaciones, la ciudadanía exige soluciones integrales y no decisiones improvisadas. Para quienes han vivido entre tandeos, garrafones y depósitos vacíos, la suspensión no representa alivio, sino otro recordatorio de que la crisis del agua sigue sin resolverse.
