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Hugo Salinas, padre del empresario deudor de impuestos, confesó en su libro Mis Años con Elektra creó y patrocinó iniciativas del conservadurismo extremo como grupos de choque y propaganda impresa
REDACCIÓN
Ciudad de México. – La doctrina política del empresario deudor de impuestos, Ricardo Salinas Pliego, ha sido abiertamente la ultraderecha, una postura que se gestó desde su casa debido a que su padre, Hugo Salinas Price, desde su ventaja como empresario tuvo una importante participación en el financiamiento de proyectos para desestabilizar movimientos estudiantiles y hacer propaganda de corte nazi entre México y Estados Unidos.
En su libro titulado Mis Años con Elektra, Salinas Price relató que en 1959 después de la victoria de la Revolución Cubana que lideró Fidel Castro, se convirtió en un activista que buscó impedir el avance de movimientos de izquierda en el país.
Uno de los grupos desestabilizadores que recibió su mayor apoyo fue Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) que públicamente apareció en 1962, pero su gestación ocurrió desde al menos un año antes, cuando dos estudiantes de Economía fueron expulsados por agresiones en una manifestación de apoyo a la Revolución Cubana. Las estructuras empresariales y de medios conservadores les dieron el apoyo, entre ellos Salinas Price, quién consideró como darle una cucharada de su propio chocolate a la izquierda.
En este grupo de choque, el padre de Ricardo Salinas, colaboró con personajes de la extrema derecha de corte nazi, como Jorge Siegrist, Jorge Prieto Laurens y Agustín Navarro, agente de la CIA. Cuando el empresario adquirió las concesiones que el gobierno de Carlos Salinas de Gortari le otorgó para operar Tv Azteca, Navarro Vázquez y Fernando Baños, presidente de MURO, fueron parte de las reuniones para definir la línea política de la televisora.
Salinas y Navarro también fundaron la organización Unión Nacional Independiente Democrática (UNID). El padre del empresario relató en su libro que pagó todos los gastos con miras a ser un partido político que no prosperó por diferencias internas.
Asimismo, financió las publicaciones de la Revista Nacional que reconoció, elevó las declaraciones a un corte “filonazi”. Este gasto junto con el que hizo en el Partido Nacionalista Mexicano, indicó que es equivalente al de una gran casa en acapulco con todo y yate.
