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Por Salvador Guerrero Chiprés
El regreso a clases en la Ciudad de México no es solo asunto de mochilas nuevas, útiles escolares y nerviosismo en las puertas de las escuelas, implica también la certeza de trayectos seguros, vigilados, cuidados y acompañados.
Ese es el centro de la apuesta del gobierno de Clara Brugada: crear caminos seguros con la presencia de 15 mil elementos de diversas corporaciones policiacas, la mirada extendida de las cámaras del C5 y el programa Auxilio Escolar que asigna a servidores públicos para la prevención de incidentes en zonas escolares.
La videovigilancia protege y activa la participación ciudadana en la construcción de la seguridad. El sembrado de 15 mil 200 tótems con 30 mil 400 nuevas cámaras del programa Ojos que Te Cuidan, a concluir en su totalidad el 31 de diciembre, es un proceso territorial que implica reconocer puntos ciegos alrededor de escuelas. La cobertura en planteles públicos y privados alcanzará hasta el 92 por ciento en primaria y secundaria y 88 por ciento en preescolar.
La política pública se fortalece porque el regreso a clases visibiliza la cotidianidad de los trayectos. Si el gobierno cuida los caminos a la escuela, cuida la ciudad entera. Y lo hace desde una idea definida por Clara Brugada desde su llegada a la jefatura de Gobierno: el trabajo en territorio.
Como parte de este modelo está la socialización de líneas de emergencia: el 9-1-1, 089 para denuncia anónima, Línea Antiextorsión 55 5036 3301 y SOS Mujeres *765. No basta con su existencia, deben ser apropiadas por las comunidades escolares, integrarse en los chats de madres y padres, ensañadas a niñas, niños y adolescentes en su utilidad y correcto uso.
Hoy, en el regreso a clases, la videovigilancia redistribuye la carga de cuidado: ya no depende solo de quienes acompañan a las y los alumnos, sino de una red tecnológica pública que respalda a toda la comunidad.
