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• Pese a existir incluso un acuerdo con el sindicato y la autoridad, la empleada denunciada continúa con agresiones al personal
Por Diego Raya
Grupo Cantón
Ciudad de México.- Empleados del Albergue Transitorio San Miguel — ubicado en el Barrio de San Miguel, en la alcaldía Iztacalco— denunciaron el acoso que sufren por parte de Griselda N, una trabajadora del sitio. La situación se mantiene desde el año pasado, y no ha cesado pese a que existe una queja interpuesta ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNHD).
En entrevista para Diario Basta, Liliana, trabajadora del área de enfermería, señaló que las agresiones comenzaron en 2024, cuando Griselda la insultó con frases que incluían palabras altisonantes. El caso fue presentado ante la CNDH y se firmó un acuerdo entre ambas, bajo supervisión sindical, para mantener un ambiente de respeto. Sin embargo, la hostilidad persistió. “Yo me sentía muy acosada, porque ella tomaba fotos a escondidas, hablaba mal de mí con el personal y dejaba de dirigirme la palabra”, relató Liliana.
Con la llegada de la nueva administración del albergue, la situación empeoró. Según la trabajadora, Griselda la agredió verbalmente en el área médica con insultos como “pobre infeliz” y “desgraciada”. “Me gritaba en la cara, muy cerca de mí, en una situación de provocación. Hubo testigos, la psicóloga y la señora de intendencia escucharon todo”, señaló. Incluso, dijo que la hostilidad se volvió humillante: “Se burlaba de mi WhatsApp, de que yo pusiera frases como ‘infinita abundancia’, y me repetía que no valía nada, que sin sindicato no era nadie”.
La única medida adoptada por la dirección actual fue separar a ambas trabajadoras del mismo espacio, pero sin aplicar sanciones contra la agresora. “Yo ya no estoy dispuesta a seguir siendo su bote de basura, por eso ya fui al Órgano de Control de la institución y voy a proceder en la Fiscalía”, comentó Liliana.
El Albergue Transitorio San Miguel depende del Gobierno de la Ciudad de México y está destinado a brindar asistencia a personas en situación vulnerable. Sin embargo, los conflictos internos y la falta de respuesta por parte de la administración del lugar han provocado que las víctimas de acoso laboral queden en un ambiente hostil y sin garantías de protección, pese a la intervención de instancias como la CNDH.
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