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Prácticas sostenidas, visibles y coherentes generan en la ciudadanía la percepción de instituciones responsables de preservar la seguridad y la legalidad frente al crimen. Fortalecen la noción del Estado como legítimo detentador de la fuerza para garantizar la paz.
La confianza ciudadana se construye cuando las autoridades logran reducir la incidencia delictiva a partir de actividades sistemáticas reveladoras de un trabajo técnico y metodológico en el combate al crimen. Los datos también mueven la percepción.
Algunos episodios recientes anticipan una posibilidad real de fortalecer la confianza ciudadana, con respuestas institucionales como la registrada ante el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz.
No se puede negar: este crimen genera presión mediática y política, impacto emocional en el gobierno de Clara Brugada, a lo cual se responde con precisión, sin rodeos. La Fiscal General de Justicia, Bertha Alcalde, y el Secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, detallan, hasta donde el mismo cuidado de la investigación lo permite, aspectos clave; se sabe que hay tres personas más involucradas, además del sicario, así como conocimiento de la ruta de escape.
La colaboración interinstitucional fortalece la confianza. En la investigación ha sido fundamental el ecosistema de videovigilancia en la zona y las inmediaciones.
Los avances estadísticos no pueden ser omitidos. En la capital nacional se registra una tendencia consistente a la baja en los homicidios dolosos: 50 por ciento entre el periodo enero-abril de 2019 y el de este año. Y un aumento de 130 por ciento en detenciones y judicializaciones de homicidas.
Frente a la impunidad y escepticismo está un aparato de seguridad y justicia generador de resultados, por Ximena, José y todas las víctimas.
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
