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Caída Libre De Las Televisoras

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Hace unos años una se dio el lujo de construir la imagen de un telepresidente, : otro, con la anuencia del gobierno tomó por la fuerza con un grupo armado, una antena de transmisión en el Cerro del Chiquihuite. Hoy, las dos empresas líderes en comunicación están en la lona, sucumben por fraudes, manipulación y endeudamiento excesivo, pero sobre todo, porque la eterna simbiosis de las televisoras con el gobierno, terminó cuando su principal socio dejó de serlo al iniciar el nuevo gobierno de López Obrador, si bien se mantuvieron los pagos millonarios por publicidad oficial que por ley otorga el ejecutivo a los medios de comunicación, no fue suficiente para mantener a esos emporios mediáticos, responsables de la manipulación, la mentira y el encubrimiento de la corrupción del sistema.

Las acciones de TV Azteca están en su nivel más bajo, no supo aprovechar el favor de un pueblo que le pedía una programación limpia, honesta y entretenida al inicio de su historia en los años 90, muy pronto cayó en la trampa de la manipulación, la programación mediocre y pobre y fue usada por su dueño como instrumento descarado de chantaje. Por su parte, el emporio TELEVISA, consiguió sobrevivir desde 1930, con la XEW, y las primeras transmisiones en vivo que se hicieron en los años 50 desde el edificio de la Lotería Nacional con la anuencia y favor del entonces presidente Miguel Alemán Valdés; su hijo, Miguel Alemán Velasco, pronto se convirtió en socio y comentarista del “canal oficial” del gobierno y esa sociedad entre los medios y la política convirtió a sus trabajadores en los “soldados del PRI”, un brazo mediático muy poderoso que se hizo experto en la manipulación de masas. La empresa no estuvo libre de escándalos, explotación infantil, violaciones, tráfico de drogas, un “catálogo de actrices de compañía” alcoholismo, etc. fueron algunas de las cosas que su actual dueño Emilio Azcárraga Jean enfrentó con un “código de ética” que solo originó que las mismas cosas siguieran, pero con más discresión.

Hoy, ambas empresas enfrentan cada una por su lado el costo de su soberbia, rebasados por los medios alternativos y sin saber cómo ajustarse a los nuevos tiempos, una cabeza se ahoga en deudas mientras que la otra está acusada por corrupción.

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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