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Arreando al Elefante | El “Góber precioso” se va a la alberca 

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Por Ricardo Sevilla

Si pensábamos que el Poder judicial estaba gangrenado, lamentablemente, no nos equivocamos. Tiene todas las enfermedades y padecimientos de un organismo podrido. El actual sistema judicial padece influenza, dengue, malaria y hasta varicela. Es decir: todas las enfermedades que producen la fermentación de un cuerpo. Y es que, infelizmente, sus corruptelas no parecen tener fin. 

En el Poder Judicial volvieron a llevar a cabo otro sabadazo. En esta ocasión, una jueza ordenó sacar al exgobernador priísta Mario Marín del Altiplano y mandarlo, impunemente, a su residencia. Y ahí, el nefasto “Góber precioso” tiene alberca, cancha de futbol y, desde luego, podrá beber y comer opíparamente.

Ah, porque Mario Marín podría ser torturador y encubridor de pedófilos, pero en el Poder Judicial piensan que esas son bagatelas y no hay por qué mantenerlo en la cárcel.

De esta manera, Mario Plutarco Marín Torres, con la ayuda del Poder Judicial, continuará en libertad la causa penal que se le sigue por tortura.

La jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez, jueza de Distrito en Quintana Roo, fue la que decidió liberar a Mario Marín bajo el (pedestre) argumento de que el delito del que se acusa a Marín no merece prisión preventiva.

Con todo el cinismo del mundo, en su exposición de motivos, la jueza Ortuño Suárez aseguró que, con las medidas descritas, ya no existirá riesgo de fuga.

Curiosamente, unos días antes también fue liberado el jefe de la policía Adolfo Karam Beltrán, acusado liderar el operativo de traslado de Lydia Cacho, de Cancún a Puebla, en cuyo trayecto la (polémica) periodista habría sido sometida a tortura física y psicológica.

Marín, definitivamente, no la pasará mal, en su residencia de Xilotzingo.

A muchos les parecerá que aquí hay gato encerrado. Y tienen razón.

Porque el “Góber precioso”, desde hace muchos años, tiene buenos amigos en el Poder Judicial. ¿Y sabe por qué? Porque Mario Marín era juez. ¡Y era notario! ¡Y hasta fue dueño de la Notaria Pública Número 53! Y es que, en este mundo bizarro de la política mexicana, resulta que el exgobernador priísta acusado de tortura, fue juez de lo Familiar en Puebla y secretario general del Tribunal Superior de Justicia de ese estado. ¿Irónico? ¿Hilarante? ¡Urge una reforma al Poder Judicial, aunque Norma Piña se enoje!

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