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Por Eduardo López Betancourt
De pronto la Máxima Casa de Estudios del País se vuelve defensora del Poder Judicial Federal. La UNAM ha comunicado la realización de Foros, encaminados para desacreditar la propuesta del Presidente López Obrador. Nótese, de tiempo atrás la UNAM se ha mostrado crítica del Ejecutivo Federal, sin el respeto que debe imperar para el Poder del cual depende.
La UNAM es un organismo descentralizado por servicio, cuya función es la investigación, la formación de profesionistas y la difusión de la cultura, aspecto que debe atender de forma preferente; que entre universitarios expresen puntos de vista, es correcto, lo criticable es que la UNAM, como organismo tome partido en un tema que evidentemente es responsabilidad de los legisladores. El caso concreto es que la Oficina del Abogado General, o sea, el representante jurídico de la Universidad, manifiesta su crítica acerba contra la designación de jueces por la vía del sufragio.
Dicha oposición tiene un “fondo obscuro”. Precisamente la UNAM, es un lugar donde se enseña el concepto democracia, pero para nada se practica. Es sumamente grave y lamentable que tal atraso no se atienda como es debido, lo que ha provocado infinidad de corrupciones, tales como el cínico manejo del presupuesto y la creación de mafias, en las cuales, las autoridades se eligen unas a otras, evitando los ambientes de respetabilidad y de legítimo avance para favorecer las libertades y la constitución de organismos firmemente democráticos.
El Rector y el sinnúmero de funcionarios de la Máxima Casa de Estudios del País, son producto de actos antidemocráticos y de intereses creados. Así, es válido el refrán “no veas la paja en el ojo ajeno y evites ver la viga en el propio”, esto es, que la UNAM vea el tema de democratizarse y después entre a la crítica orientada en contra de la iniciativa presidencial. El cinismo no es buen consejero.