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Mauricio Toledo huyó de México antes de que la justicia pudiera caerle encima. Sobre él pesan los delitos de corrupción, enriquecimiento ilícito y peculado. El coyoacanense de corazón, con raíces chilenas, hizo de la alcaldía su mina de oro.
Cuando fue delegado de Coyoacán despojó a cuantos pudo de sus hogares; puso negocios del giro negro de la mano de sus entrañables amigos, socios y “lame botas”; compró bienes inmuebles a destajo; abrió gasolineras, como si no hubiera un fin, y fue verdugo de muchas y muchos.
Uno de sus principales operadores, Ramón Flores, hizo su casa en San Francisco Culhuacán robando dinero del área de Vía Pública, cuando Valentín Maldonado era delegado y su hermano el chofer de los Toledo, a quienes -en cajas de zapatos- les quitaba parte de efectivo, para que no se dieran cuenta que los ordeñaba. Imaginen cuánto había en esa casa, que se podía robar billullo sin que se dieran cuenta.
Incluso, Ramón fue grabado por comerciantes establecidos y vendedores ambulantes mientras los extorsionaba, cuando fungía como concejal de la alcaldía, cuando el gol más bonito de un mundial, Manuel Negrete, gobernó la demarcación.
Sí, ya hablamos de Flores, pero nos faltaron muchos en la lista de los que hablaremos después. Mauricio Toledo tenía a sus padres viviendo en Campanas, una de las colonias con mayor prestigio en Coyoacán, de suma plusvalía, y que los vecinos decidieron considerar residencial.
Su hermano Nelson vivía en otra de las zonas residenciales de la alcaldía que le llenó los bolsos a Toledo, y por lo que enfrenta una orden de aprehensión en México. Su compinche familiar no corrió con la misma suerte; él sí fue detenido y trasladado a la cárcel por el mismo delito que su hermanito.
Quiero recordarles que Toledo fue desaforado cuando se desempeñaba, otra vez, como diputado federal. Sin embargo, se le peló a las autoridades, y anda tranquilo y campante en Chile, de donde sus progenitores son oriundos.
Pero, vamos, estos dos pillos no deberían ser investigados solos. En el banco de los acusados deberían estar Valentín Maldonado, Mario Carrillo, Ramón Flores, Jesús Sánchez Pita, Francisco Mendoza, Rodrigo Méndez, Armando Solís, Oliver Domínguez y otros tantos.