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Ana E. Rosete
Mariana Gómez del Campo es una de las integrantes de la llamada “Liga del Cambio” que presentó Santiago Taboada, una vez que comenzó su campaña rumbo a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Pero vamos, el único mérito que tiene en su haber Gómez del Campo es ser sobrina de Margarita Zavala, esposa del expresidente panista Felipe Calderón.
Me acuerdo que, por ahí del 2010, el PRD -con el que ahora el PAN y el PRI se unieron- interpuso una denuncia penal en su contra en la entonces Procuraduría General de la República.
“Si como dice el señor (Felipe) Calderón, que está muy preocupado por la familia, debiera primero preocuparse por la de su esposa. Esa es la familia que tendría que estar investigando la PGR y no entrometerse en la ciudad con los matrimonios entre personas del mismo sexo”, dijo Manuel Oropeza Morales, presidente del PRD capitalino de aquella época.
Pero ahora la “Liga del Cambio” utiliza la bandera de la comunidad LGBTTTIQ+ para sumar adeptos y convencer a los ciudadanos de esta metrópoli que Taboada es la opción.
Yo creo que no se han dado cuenta que tienen a más “mochos” en su equipo, que toda la Iglesia católica.
Les quiero recordar que, desde ese tiempo, Mariana Gómez ya daba dotes de ser buena corrupta, ya que siendo diputada local consiguió contratos -por adjudicación directa- del Instituto Mexicano de la Juventud, conocido como IMJUVE, para Teresa Gómez del Campo, su hermana, por más de 473 mil pesos, y para la cuñada de ambas, Daniela Verderi Muñuzuri, por 150 mil pesos.
El cambio tiene que ser de raíz, Taboada, y en el Campo de Mariana, hay mucha corrupción cosechada.
