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La exdiputada del Verde Ecologista Alessandra Rojo de la Vega fue recientemente nombrada con el nombre de “Alerfarsa” en un debate organizado por el IECM. Sin embargo, el mote le fue dado desde la administración en la que trabajó con Mauricio Tabe, en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
Rojo de la Vega tomó la bandera feminista y se proclamó como una de las principales activistas del movimiento que a las mujeres capitalinas les ha costado trabajo construir, mantener y, sobre todo, conseguir que la credibilidad de su lucha sea cada vez más fuerte.
Recordemos que la empresaria miguelhidalguense comenzó su trabajo político luego de salir de la universidad, donde estudió Ciencias de la Comunicación, e hizo sus primeros “pininos” manejando las redes sociales de Enrique Peña Nieto.
Escaló rápidamente -se dice que no fue precisamente por su capacidad intelectual-, hasta que llegó al Partido Verde Ecologista de México, donde su secretario general, Jesús Sesma, le abrió las puertas del instituto político para que ella siguiera creciendo.
Y lo consiguió: logró ser una de las diputadas locales de la Primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, en donde conoció a su amor imposible, Mauricio Tabe.
Sólo que había un pequeño problema: su partido político estaba aliado con Morena y el exalcalde de la Miguel Hidalgo es un príncipe de sangre azul. Así es, trae tatuado al PAN en su alma.
Alessandra no logró ser diputada otra vez, pero se llevó una de las direcciones más importantes de la Miguel Hidalgo. Encabezó el área de Desarrollo Social, donde utilizó los programas y apoyos en beneficio propio. Es que lo que se embolsa con sus negocios, no es suficiente.
Y pues nada, ahora quiere gobernar la Alcaldía Cuauhtémoc, luego de quejarse del mal trabajo de Sandra Cuevas, con quien meses atrás se escribía palabras de amor en redes sociales.
En fin, cuando de política se trata…
