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Músicos callejeros que llegaron a México hace más de 130 años, éstos no tienen un salario fijo ni dependen de alguna agrupación
CATALINA CRUZ
El Centro Histórico de la Ciudad de México es el epicentro de decenas de oficios que aún perduran, a pesar de los años, como es el caso de los organilleros que con su sonido peculiar en las calles aledañas al Zócalo alegran a las personas.
Sin embargo, este oficio está llegando a su fin. Los organilleros son músicos callejeros que llegaron a México hace más de 130 años, éstos no tienen un salario fijo o dependen de alguna agrupación, por lo que a diario salen a las calles del Centro Histórico para ganarse una moneda.
En entrevista con Diario BASTA!, diversos organilleros señalaron que el oficio está desapareciendo, debido a que a la gente ya no le es grato su música, y por ende no les regalan unos pesos.
“Al día voy sacando 200 pesos, ya son muy pocas las personas que nos regalan dinero”, dijo Alberto, organillero de la calle Madero. Las ganancias de los organilleros dependen del tiempo que trabajen, así como la cantidad de dinero que les de la gente, es decir, que no depende sólo de las canciones que tocan.
“Trabajo de diez de la mañana a seis de la tarde, todos los días. Voy sacando 250 pesos, al menos es más del mínimo, aunque no alcanza para mantener a la familia, un día bueno son de 300 a 400 cuando son vacaciones de verano y de diciembre, es cuando hay más turistas en la Ciudad.
Los mexicanos son bien codos, los que nos dan más son los extranjeros”, dijo Mario, organillero con más de 10 años de trayectoria. Una organillera que toca en el Zócalo y en la calle Madero, por las noches trabaja en un bar de mesera, debido a que no le alcanza, incluso está apunto de dejar su oficio.
“Ya no es lo mismo como antes, la gente se emocionaba al escucharnos y en cada esquina había organilleros, ahora, ya dejaron el oficio, somos muy pocos los que nos dedicamos a esto. Sin duda vamos a desaparecer”.
Actualmente, existen tres países en América Latina que continúan la tradición de los organilleros y son: Chile, Argentina y México, el lugar donde se tiene más arraigado el oficio.
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