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Migrantes cenaron pan duro en Navidad y Año Nuevo en CDMX

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CATALINA CRUZ

Sentados sobre la calle 16 de septiembre en la Ciudad de México una familia migrante de Venezuela ofrece chupetas (paletas en México), para conseguir dinero y seguir en busca del sueño americano. Las fechas decembrinas para ellos no fue cenar Pavo, ensalada de manzana y ponche.

En navidad la familia no cenó, caminó por el municipio de Arriaga en el estado de Chiapas, buscando un camión para traerlos a la capital. “Nuestra navidad fue pasar frío con un pan duro en la mano, nuestras dos niñas no tuvieron una cena, ellas entienden que estamos buscando una mejor vida. El año nuevo lo recibimos aquí en la Ciudad de México, compramos un jugo de uva y con eso brindamos”.

La alcaldía Cuauhtémoc es una de las demarcaciones que ha presentado un mayor número de migrantes haitianos, venezolanos, hondureños, brasileños, entre otras nacionalidades.

En la colonia Juárez se encuentra el campamento migrante haitiano en la Plaza Giordano Bruno, además de la casa del migrante, por lo que en las calles aledañas deambulan los extranjeros. En la calle Roma decenas de familias migrantes esperan ingresar al albergue, mientras cocinan tres sopas maruchan para 18 personas, una sopa que no pudieron cenar para recibir el año nuevo.

“En navidad no cenamos nada, no hay dinero para darnos ese lujo, en año nuevo sólo teníamos una botella de agua, mejor decidimos dormir para aguantar el hambre”, comentó un migrante venezolano.

Mientras que una familia haitiana cocinó medio kilo de arroz en una fogata improvisada en la Plaza Giordano Bruno. “Aquí no hubo navidad ni año nuevo, para nosotros los días son normales sólo contamos para poder irnos a la frontera con Estados Unidos. Una señora me regaló una bolsa de arroz, decidí hacer la mitad al menos para tener que cenar en un día especial”, dijo una migrante haitiana.

Los Reyes Magos no llegan a México, dicen niños migrantes Angel, de 7 años es un niño migrante de Venezuela, juega sentado con una piedra simulando que es un carrito, en la banqueta afuera de la casa del migrante en la Cuauhtémoc.

El pequeño quiere de los Reyes Magos un carrito, “yo quiero un carrito, aunque sé que no me lo van a traer porque mis papás me dijeron que les queda muy lejos México, ojalá lo dejen en mi casa de Venezuela”. Mientras que sus hermanos Axel, de 13 años y Esther, de 12, hicieron una carta dirigida a los Reyes Magos, “no queremos juguetes, queremos comida”.

En la Plaza Giordano Bruno, Kenderson, Watson y Raf, de 5 años y Mateo 3 años, juegan con un balón ponchado, los pequeños piden que los Reyes Magos les lleven una pelota, “queremos una pelota inflada, para poder meter bien los goles”.

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